Los lanzagranadas C-90 que España ha enviado al ejército ucraniano, vía aérea hasta Polonia donde fueron recogidas, ya comienzan a ser utilizadas sobre el terreno.
Así lo ha mostrado un combatiente ucraniano alzando su dedo pulgar al final del vídeo distribuido en la red social Twitter.
El C-90 es un arma de infantería de un solo uso , disparable desde el hombro y transportable por un solo infante. Es producido por la empresa zaragozana Instalaza y dispone de cinco versiones específicas para batir diferentes blancos: anti-tanque, anti-búnker, anti-blindaje/fragmentación, fumígeno/incendiario, y versiones de entrenamiento.
Está equipado con una visión nocturna VN38-C. Pesa 6 kilos y el alcance eficaz es de 300 metros, una distancia suficiente para el combate urbano. Estas armas también han sido utilizadas en escenarios de Oriente Medio en el contexto de la guerra contra Daesh.
Se trata de un armamento ligero de infantería apto para el combate en entornos urbanos. «Fáciles de montar, guiar y disparar. No exige tanto adiestramiento como el sistema anticarros de misiles Spike, de origen israelí, por ejemplo», explica una fuente militar. Además, el C-90 es una arma semejante a los M141 enviados a Kiev por Estados Unidos o los Panzerfaust 3 de Países Bajos y Alemania; o los AT4 recibidos desde Suecia. Es decir, el envío español se situaría a la par del esfuerzo realizado por otros países de la UE.
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