El fiasco de la compra de 58.000 tests fallidos para diagnosticar coronavirus por parte del Gobierno de España, en parte devueltos a China, se ha convertido en un ejemplo de lo que no hacer por parte de los países que luchan contra la pandemia. Hasta la Casa Blanca ha llegado ese grave error, y el propio Donald Trump se ha pronunciado sobre él. «Eso no puede suceder en EE.UU.» , dijo el presidente estadounidense, porque el material «se prueba, se analiza y se investiga».
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