La plaza de Tahrir ocupada por manifestantes -en aquella ocasión contra el gobierno islamista de Mursi- en julio de 2013
La plaza de Tahrir ocupada por manifestantes -en aquella ocasión contra el gobierno islamista de Mursi- en julio de 2013 - EFE

Al Sisi blinda El Cairo en el quinto aniversario de las manifestaciones en Tahrir

Redadas para evitar que los jóvenes vuelvan a ocupar #la emblemática plaza

EL CAIRO Actualizado: Guardar
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«El otro día entraron en casa de unos amigos… Se llevaron ordenadores y más cosas», cuenta a ABC una joven egipcia en una cafetería en el Cairo. Sus compañeros, todos jóvenes como ella, asienten, sin sorprenderse. En los últimos días, las fuerzas de seguridad han efectuado redadas en más de 5.000 pisos en los barrios del centro de la capital, como «medida de precaución» ante posibles protestas en la emblemática plaza Tahrir, donde hace cinco años miles de egipcios se manifestaron, un 25 de enero, contra el régimen de Hosni Mubarak. Vehículos militares se movilizan hacia el centro del Cairo «para asegurar las instalaciones vitales», y personal del Ministerio de Interior, cuyo edificio se alza en una calle aledaña a Tahrir, está siendo trasladado a un alejado barrio de la periferia, según el periódico estatal Al Ahram.

«Hemos cerrado varios cafés y otros puntos de encuentro, mientras que algunos han sido arrestados para asustar a los demás»

«El quinto aniversario de la revolución no era importante… Excepto para el Gobierno», explica a ABC un antiguo activista, que prefiere permanecer en el anonimato. En las últimas semanas, la represión del Ejecutivo encabezado por Abdelfatah Al Sisi contra cualquier voz opositora ha aumentado con nuevas detenciones de activistas o jóvenes supuestamente afines a la Hermandad Musulmana, acusados de incitar protestas.

«Hemos tomado medidas para asegurarnos de que los activistas no tienen ningún espacio para respirar y sean incapaces de concentrarse. Hemos cerrado varios cafés y otros puntos de encuentro, mientras que algunos han sido arrestados para asustar a los demás», admitió un oficial de la Agencia de Seguridad egipcia a Reuters. Por su parte, el Ministerio de Asuntos Religiosos ha insistido en que las protestas irían «contra la Ley de Dios». «Hay un alto nivel de paranoia en parte del Gobierno», señala Timothy Kaldas, del Instituto Tahrir para la Política de Oriente Medio, mientras que la Federación Internacional de Derechos Humanos la tacha de «histérica».

Arrestos en masa

Esa «paranoia» parece infundada, pues a pesar del llamamiento de los Hermanos Musulmanes son pocos los que saldrán a la calle a conmemorar el día que dio inicio a una revolución que comenzó como unas protestas contra las torturas indiscriminadas de la Policía egipcia y acabó, tras más de 800 muertos, con la caída del régimen de Mubarak. Esos días en los que miles de egipcios hicieron causa común contra la represión del Gobierno se alzaron voces de jóvenes activistas como Mona Seif, que cuenta ahora a ABC que «las calles ya no son seguras. Las fuerzas de seguridad están deseando arrestar a miles y miles de personas, incluso aleatoriamente. El régimen de Al Sisi y la Policía ya no quieren parecer moderados, o democráticos. No podemos pedirle a la gente que salga a manifestarse».

«El régimen de Al Sisi y la Policía ya no quieren parecer moderados, o democráticos», dice una activista

Aunque en 2013 y 2014 el exgeneral al frente del golpe militar que derrocó al gobierno islamista de Mohamed Mursi, Abdelfatah Al Sisi, contó con un auténtico fervor popular, este apoyo ha disminuido en el último año, debido especialmente a los graves problemas económicos que atraviesa el país.

«Incluso los partidarios de Sisi, que tuvo muchos, están cansados. No por la opresión; la mayoría de la gente cierra los ojos ante las violaciones de los derechos humanos, pero cada vez más gente está insatisfecha con el régimen: los precios están cada vez más altos, servicios como la educación y la salud están cada vez más degradados», opina Seif. «Y esto es principalmente porque Sisi está destinando todo los recursos del Estado en “mantener la seguridad”, para acabar con cualquier tipo de oposición, dejando caer todo lo demás».

En los últimos dos años, el régimen de Al Sisi ha arrestado a más de 41.000 ppersonas por razones políticas, al tiempo que ha iniciado una campaña de «guerra contra el terrorismo» que incluye asesinatos extrajudiciales, desapariciones y tortura generalizada, según recogen organizaciones internacionales proderechos humanos.

Con los precios de los productos básicos cada vez más altos, una represión «sin precedentes» y un sistema de justicia «politizado y corrupto» que condena a cadena perpetua y firma penas de muerte en masa, queda lejos aquel lema que gritaba la revolución: «Pan, libertad y justicia».

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