Sidónio Pais

Un siglo del magnicidio que marcó la historia de Portugal

El 14 de diciembre de 1918 fue abatido a tiros el ‘presidente-rey’, Sidónio Pais

Francisco Chacón

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Portugal rememora el magnicidio más legendario de su historia un siglo después. Porque fue el 14 de diciembre de 1918 cuando el presidente Sidónio Pais cayó abatido por los disparos de un republicano en la estación de Rossio, joya del estilo manuelino en pleno centro de Lisboa.

Los hechos marcaron profundamente el devenir del país vecino ya que terminaron de forma abrupta con el corto mandato del conocido como ‘ presidente-rey ’: menos de un año. Unos meses que nacieron predestinados a la inestabilidad, en virtud de su asalto al poder a través de un golpe de Estado para derrocar a Bernardino Luís Machado Guimaraes.

Bajo la apariencia de una ‘revolución’, Pais lideró la contestación e instauró un régimen presidencialista que, en realidad, escondía el germen de la posterior dictadura de Salazar, la más larga de Europa con sus 48 años.

El liberalismo moderado creció con él , de la mano de sus tendencias populistas, paternalistas y hasta mesiánicas. Mantuvo a raya el republicanismo, pero no calculó que este se encontraba muy arraigado en el país vecino, así que no pudo evitar sucesivas revueltas desde este sector ideológico, al que dejó en la estacada después de haber aglutinado a la facción más crítica en favor de su propia ascensión.

Sidónio Pais asumió la presidencia de la República primero de manera interina y, en mayo de aquel 1918, refrendado por las urnas. Con todo, los republicanos no dejaron de tenerlo en el punto de mira en ningún momento… hasta el punto de que sobrevivió a un intento de atentado solo nueve días antes de ser acribillado.

Sin embargo, no pudo librarse aquel fatídico 14 de diciembre, cuando entre el gentío surgió José Júlio da Costa para vaciar su cargador sobre la figura del ‘presidente-rey’. Así fue como Portugal retornó a la senda de la República, todavía en vigor desde que la Revolución de los Claveles puso fin a la oscuridad salazarista en abril de 1974.

Pais había concentrado en sí mismo no solo la presidencia sino también la cartera ministerial de Guerra y otra más: la de Relaciones Exteriores. De manera que los observadores políticos no tardaron en identificar su excesivo personalismo como la causa más palpable de la rebelión que fue gestándose en el seno del país, con los sindicatos en permanente cruzada debido a su dominio sin discusión.

La oposición republicana logró recomponerse en un tiempo récord: en el otoño de 1918, con una nueva Europa en ciernes y el fantasma de la recesión como una espada de Damocles.

El magnicidio se había convertido en una peligrosa herramienta política, de uno u otro signo, en aquel viejo continente plagado de conspiraciones. El de Sidónio Pais aconteció solo cinco meses después del asesinato en Rusia del zar Nicolás II y su familia, víctimas de un complot comunista.

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