El secretario de estado británico, Damian Green, también implicado en el escándalo sexual

Otro miembro del Gobierno más implicado en el escándalo que afecta a decenas de parlamentarios británicos

Damian Green AFP

IVÁN ALONSO

Esta vez se trata, ni más ni menos, que del brazo derecho de la propia primera ministra Theresa May . Damian Green , secretario de estado del Ejecutivo británico desde el año pasado, ha sido acusado por una activista conservadora de 31 años, tres décadas menor que él, de haberle tocado «fugazmente» la rodilla durante un encuentro en un bar de Londres en el año 2015.

Así se lo ha revelado Kate Malby , que así se llama esta mujer, al «The Times», donde también acusa a Green, además, de mandarle un «sugerente» mensaje de texto a su teléfono un año después de este suceso y cuando se publicaron fotos de ella en un rotativo inglés.

Según Malby, contactó con el actual secretario de estado porque era amigo de sus padres y para pedirle consejo e iniciar así lo que ella esperaba se convirtiese en una carrera política, a lo que él se mostró dispuesto a ayudar.

Por su parte, Green ha negado rotundamente estas acusaciones , tanto que el mensaje fuera como ella lo describe como que le pusiera una mano en la pierna. Asegura que se encuentra en un «profundo estado de shock», que estas informaciones son «completamente falsas» y las considera «dañinas» hacia su persona.

Esto no ha evitado que se le abra una investigación interna, auspiciada por la propia May para esclarecer este turbio asunto. El código del Gobierno es claro en este sentido y requiere que los ministros «se comporten de una manera que respete los más altos estándares de corrección».

Este es el segundo caso en el que un miembro del Gobierno se ve envuelto en este asunto. El otro fue el del ministro de defensa, Michael Fallon , que tuvo que pedir disculpas públicamente después de tocar en varias ocasiones la pierna de una periodista durante una cena en la que ambos participaban en el año 2002.

La propia May, consciente del aluvión que se le está viniendo encima, tuvo que tomar cartas ya el lunes mandando una misiva al presidente del Parlamento británico, el también conservador John Bercow , para pedirle tolerancia cero con este asunto . También le exigía un código interno que facilitara a los afectados por estos sucesos poder denunciar más fácilmente. Algunos parlamentarios, además, le han solicitado a la propia May que inicie una investigación para clarificar todo lo ocurrido y que ponga freno a esta lacra.

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