Schröder rectifica y abandona su cargo directivo en la rusa Rosfnet

La presión ejercida por el Gobierno alemán y por el Parlamento Europeo parece haber surtido efecto. El excanciller alemán Gerhard Schröder quiere dejar su puesto como presidente del consejo de supervisión de la compañía petrolera rusa Rosneft , un cargo por el que cobra 600.000 euros anuales . Según fuentes de la empresa citadas por medios alemanes, Schröder ha comunicado que le es imposible extender su mandato en la junta y no ha dado más detalles. Esto se sabe un día después de que la Comisión Presupuestaria del Bundestag alemán decidiese ayer un severo recorte de los recursos que S chröder sigue recibiendo del Estado alemán , en calidad de excanciller, y que incluyen unos ingresos personales de más de 7.000 euros al mes y una oficina con personal cuyo p resupuesto superó en 2021 los 400.000 euros .

El trasfondo de toda esta reevalución de las actividades públicas y privadas de Gerhard Schröder es la negativa del socialdemócrata a renunciar a sus puestos en las empresas rusas a pesar de la guerra en Ucrania. Al mismo tiempo que rectificaba y comunicaba su salida del consejo de Rosfnet, Schröder ha decidido entablar una batalla legal contra ese recorte, acordado por los miembros de la «coalición semáforo» que forma el gobierno de Berlín, encabezada por su propio partido, el SPD. El excanciller alemán quiere que se examine legalmente la reciente decisión de la Comisión Presupuestaria y ha puesto el caso en manos del abogado constitucional Michael Nagel , de Hannover, que «comprobará la legalidad de todo el proceso». Nagel ya defendió en su día al expresidente federal Christian Wulff en el proceso de aceptación de posibles privilegios.

«Sí existe cierta preocupación en la coalición de que la decisión pueda ser legalmente vulnerable. Eliminar los privilegios de un ex canciller no tiene precedentes. En varias rondas de negociaciones, la coalición semáforo buscó la manera de que su decisión no pareciera un acto de arbitrariedad política, sino una regla que debería aplicarse a todos los ex cancilleres en el futuro», comentan fuentes del Partido Socialdemócrata , que por su parte ha abierto un proceso de expulsión a Schröder. En la decisión parlamentaria se evita toda referencia a las funciones de Schröder en empresas rusas.

En cambio, queda establecido que los privilegios de ex jefes de gobierno deberían estar vinculados a la «obligación permanente del cargo y responsabilidades en vigor» y no otorgarse en función del estatus. Esto significa que a los excancilleres ya no se les deben otorgar privilegios automáticamente, sino solo si sus acciones y actividades son compatibles con los deberes generales de un excanciller. Sin embargo, queda completamente abierto cómo se define exactamente la «obligación continua de la oficina» y quién determina cuándo se cumple o se viola. Entre otras cosas, no se ha aclarado qué actividades aún no serían problemáticas para los excancilleres y cómo medir qué trabajos entran en conflicto con las obligaciones de un excanciller.

El comité ha comunicado al gobierno federal que examine si se necesitan más especificaciones. El Parlamento Europeo también votó ayer con una amplia mayoría a favor de las sanciones de la UE contra Schröder en caso de que no renunciase a sus puestos en empresas rusas, presionando así a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen , y el representante de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, para que incluyan a Schröder en la lista de sanciones de la UE, con el fin de congelar sus activos.