Santos aplaza el inicio del diálogo de paz con el ELN hasta la liberación del último rehén de la guerrilla

Finalmente, este jueves no hubo la ceremonia de inauguración de los diálogos entre el Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), porque el presidente Juan Manuel Santos, no autorizó el viaje a Quito de sus delegados, puesto que la guerrilla incumplió con la oferta de liberación del excongresista Odín Sánchez, tal como se había comprometido.

Hacia el mediodía, hubo confusión. En Quito, la Capilla del Hombre, del artista Oswaldo Guayasamín, dónde se realizaría la apertura del proceso de paz, estaba a punto para recibir a las partes, pero un mensaje del presidente de Colombia anunciaba que no llegarán sus delegados.

Del lado del ELN se supo que estaban ya en Ecuador, pero nunca se dejaron ver.

El caso de Odín es seguido con atención en Colombia. El político se entregó al ELN, en marzo pasado, en canje por su hermano Patrocinio Sánchez, quien enfermó seriamente, tras haber permanecido secuestrado desde 2013.

«Esto suele suceder con el ELN; a último momento incumplen sus compromisos», comentó a ABC un analista de temas internacionales que ha seguido la ruta de la guerrilla, que opera en Colombia desde la década de 1960.

Secretismo

De lado de las autoridades ecuatorianas no hubo ningún pronunciamiento; es más, el secretismo rodea este proceso, aunque el ministro de Exteriores, Guillaume Long, dijo la víspera que Ecuador dará todo su apoyo y que él mismo concurrirá a algunas de las reuniones que se realizarán entre los delegados del gobierno de Colombia y los del ELN, en las afueras de Quito.

En efecto, el sitio donde se producirán las deliberaciones está en Sangolquí, parroquia rural de la capital ecuatoriana. Se trata de una hacienda de propiedad de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. «Ofrece las condiciones de aislamiento y seguridad», dijo Long.