Samjiyon, la utopía urbana de Kim Jong-un
En una espectacular ceremonia en medio de la nieve, el joven dictador de Corea del Norte inaugura una ciudad reconstruida en la falda del monte sagrado Paektu
Haciendo gala de la «propaganda de la construcción» que tanto gusta a los regímenes totalitarios, Kim Jong-un ha inaugurado lo que en Corea del Norte se entiende por una «utopía» urbana. Enclavada en la falda del sagrado monte Paektu, donde la hagiografía oficial sitúa el nacimiento de su difunto padre, el «Querido Líder» Kim Jong-il, la ciudad de Samjiyon fue demolida completamente y ha vuelto a ser reconstruida por deseo del joven dictador. Tras varios retrasos que encendieron sus críticas airadas durante sus últimas visitas a las obras, Kim Jong-un cortó el lunes la cinta roja en una espectacular ceremonia con fuegos artificiales en medio de la nieve y bailes sincronizados bajo cero.
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Definida por la agencia estatal de noticias KCNA como «lugar sagrado de la revolución» y «utopía urbana del socialismo» , en Samjiyon se han construido «380 bloques de viviendas y usos industriales en cientos de hectáreas». Con edificios de entre 12 y 18 plantas, en ella vivirán más de 4.000 familias y cuenta con un hospital, un hotel, un estadio, una estación de esquí, un centro comercial y varias fábricas, por supuesto todas estatales.
En las imágenes distribuidas por la propaganda del régimen, se ve a Kim Jong-un presidiendo la ceremonia en una mesa con otros altos cargos del régimen. Ataviado con un abrigo negro de cuero, sonríe eufórico bajo una estatua de su padre en medio de la nieve. Como suele ser habitual en Corea del Norte, la propaganda atribuye al «Joven General» el diseño y todas las maravillas de Samjiyon, definida como un «ejemplo de una moderna ciudad de montaña» y un «epítome de la civilización actual», recoge el portal de noticias NKNews.
Con este proyecto, el régimen comunista de Pyongyang sigue adelante con sus infraestructuras a pesar de las sanciones de Estados Unidos. Con las conversaciones sobre desarme nuclear estancadas tras el fracaso de la cumbre de Vietnam con el presidente Trump, Corea del Norte ha vuelto a recordarle que el plazo para retomar el diálogo expira a final de año. De lo contrario, Kim Jong-un volverá a ordenar ensayos atómicos y de misiles, como ha venido haciendo durante los últimos meses con proyectiles de corto alcance disparados a modo de advertencia.
A pesar de las precariedades que sufre la aislada Corea del Norte, su economía ha mejorado durante los últimos años por su apertura a un incipiente capitalismo a pequeña escala en mercados callejeros (“Jangmadang”). Gracias a esta mejoría, han proliferado vistosos proyectos a mayor gloria de Kim Jong-un como este de Samjiyon, que son construidos por soldados y brigadas urbanas en condiciones durísimas. Pero, como siempre en Corea del Norte, habría que ver tras la fachada de sus bloques para comprobar la veracidad de esta «utopía».
