Rusia refuerza su dispositivo militar en Crimea y acusa a Ucrania

Putin afirma que el presidente Poroshenko «organizó» el incidente en el estrecho de Kerch «porque está muy abajo en los sondeos electorales»

El presidente Poroshenko de visita ayer en unas maniobras militares en el norte de Ucrania AFP/ VÍDEO: ATLAS

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El presidente ruso, Vladímir Putin, ha hecho caso omiso del clamor general en pro de «distensión» y «diálogo» para rebajar la enorme tirantez bélica entre su país y la vecina Ucrania a raíz del incidente naval del domingo en el estrecho de Kerch. No sólo los 24 marineros ucranianos capturados continuarán encarcelados y los tres navíos apresados seguirán amarrados en Crimea sin perspectiva de que sean devueltos a la Marina ucraniana, sino que además Rusia refuerza ya su dispositivo militar en la misma península anexionada y en las regiones fronterizas con Ucrania.

En una intervención en el foro económico «Rusia te llama», organizado por el banco ruso VTB, Putin dijo ayer que «el incidente en el mar Negro fue una provocación organizada, sin lugar a dudas, por las autoridades ucranianas, incluido el actual presidente, en vísperas de las elecciones presidenciales que en ese país se celebran en marzo del año que viene».

A juicio del jefe del Kremlin, el apoyo en los sondeos de su homólogo ucraniano, Piotr Poroshenko «es muy bajo, está como en el quinto renglón y podría no pasar ni siquiera a la segunda vuelta». «Claro, había que hacer algo para caldear la situación y crear obstáculos insalvables a sus rivales». añadió subrayando que nada mejor que organizar una «peligrosa provocación».

«Fue una provocación»

Putin prosiguió el relato señalando que «los buques militares ucranianos se adentraron en aguas territoriales de la Federación Rusa sin responder a nuestros requerimientos. No se entiende qué se proponían hacer (...) pero pusieron rumbo hacia nuestro puente», inaugurado por el propio líder ruso el pasado mayo. Moscú recrimina a las autoridades de Kiev haber hecho llamamientos a destruir el puente cuando lo cierto es que tales pronunciamientos han sido lanzados por diputados marginales del sector más radical de la Rada Suprema, el Parlamento ucraniano.

Ante esta situación y en alusión al comportamiento de los guardacostas rusos y de las fuerzas que asaltaron los barcos ucranianos, Putin se preguntó: «¿Cómo deberían haber actuado?». Según su opinión, «si hubieran obrado de otra manera, habría que haberlos llevado a juicio. Obedecían órdenes, cumplían su deber militar». Putin explicó además que «violaron aguas que eran rusas ya desde antes de que Crimea formase parte de Rusia» y aseguró que «otra caravana de barcos de la Marina ucraniana atravesó el estrecho de Kerch en septiembre sin problemas porque siguieron las instrucciones».

En 2003, cuando Crimea todavía pertenecía a Ucrania, Moscú y Kiev firmaron un acuerdo que regula el tráfico marítimo a través del estrecho de Kerch y su utilización conjunta, pero la nueva situación de la península anexionada lo invalida de facto. Tras la construcción del puente de Crimea, Rusia ha intensificado la vigilancia por miedo a actos de sabotaje y exige que se comunique con antelación el itinerario de los barcos que quieran entrar o salir del mar de Azov. En la práctica, Rusia se ha hecho con el control total de la navegación pese a que el mar de Azov pertenece también a Ucrania.

Mientras, el presidente ucraniano firmaba la ley aprobada por el Parlamento que instaura el estado de guerra en diez provincias del país por espacio de un mes. El martes por la noche, Poroshenko alertó que Rusia ha concentrado tropas en varios puntos junto a la frontera ucraniana. «Existe la amenaza de una guerra total», afirmó. El líder ucraniano dijo que, tras el incidente en el estrecho de Kerch, «intenté hablar con Putin por teléfono, pero me fue imposible (...) tuve que pedirle a Merkel que lo hiciera ella de mi parte».

Juicio a los marineros

En un evidente escalada intimidatoria, Rusia se dispone además a reforzar el dispositivo de defensa antiaérea en Crimea. Según el coronel Vadim Astáfiev, portavoz de la región militar sur de Rusia, se trata de una división de misiles S-400, los más avanzados en misiones de intercepción aérea, y «entrarán en servicio próximamente». En la península hay desplegadas ya tres divisiones con este tipo de cohetes, capaces de abatir al mismo tiempo varios objetivos a una distancia de 400 kilómetros y a una altura de hasta 30 kilómetros.

Después de que el tribunal Kievski de Simferópol, la capital de Crimea, decidiera el martes mantener dos meses en prisión preventiva a 12 de los marineros ucranianos arrestados el domingo, ayer se adoptó la misma medida con otros 9. Los tres que faltan continúan hospitalizados, pero nadie duda que, una vez se repongan, también serán retenidos en Crimea hasta la celebración del juicio.

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