Tanques israelíes circulan cerca del lugar donde han impactado proyectiles lanzados desde Siria en la localidad de Majdal Shams en los Altos del Golán (Israel)
Tanques israelíes circulan cerca del lugar donde han impactado proyectiles lanzados desde Siria en la localidad de Majdal Shams en los Altos del Golán (Israel) - EFE

Rusia pone pie en tierra en Siria para supervisar el alto el fuego y la entrega de ayuda

En medio del cese, se produjo el ataque de Israel a posiciones del Ejécito sirio. Los israelíes, como hacen habitualmente en estos casos, respondieron al impacto de un mortero en los Altos del Golán

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Rusia cambia el cielo por la tierra y despliega a sus militares en diferentes puntos de Siria para supervisar el cumplimiento del alto el fuego y la entrega de ayuda humanitaria. Durante las primeras 24 horas el acuerdo impulsado por Washington y Moscú fue respetado y el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) informó que transcurrieron sin la muerte de un solo civil. Los primeros camiones con ayuda humanitaria cruzaron la frontera turca en una jornada donde el mayor sobresalto se produjo en la frontera sur tras el ataque de Israel a posiciones del Ejército sirio después de que un mortero impactase en los Altos del Golán, ocupados por el estado judío desde 1967.

Rusos y estadounidenses esperan que la consolidación de la tregua les permita comenzar a operar de forma conjunta en la lucha contra el autodenominado Estado Islámico y el Frente Fatah Al Sham, antiguo Frente Al Nusra, que es el brazo de Al Qaida en Siria.

Negociar con Moscú es negociar con Damasco y así lo reflejó el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, en su primera comparecencia para valorar el cese de las hostilidades en la que aseguró que tanto los rusos como ellos podrían coordinar con el Gobierno sirio ataques contra Al Qaida. Estas palabras, que certifican el acercamiento de EE.UU. al régimen después de cinco años pidiendo la salida del presidente Bashar Al Assad, fueron matizadas por el portavoz del departamento de Estado, John Kirby, quien desmintiendo a su superior indicó que «es algo que ni siquiera imaginamos».

En Rusia no se dan este tipo de malentendidos entre sus dirigentes, que desde el primer día del conflicto han sido aliados firmes del Gobierno sirio y tras el alto el fuego dieron un paso más en el papel directo que juegan en la guerra. Las agencias Interfax y RIA Novosti, informaron de la instalación de un «centro de observación móvil» con soldados rusos en la ruta de Castello, un eje vital de acceso a los barrios rebeldes de Alepo que el Ejército sirio había logrado conquistar después de duros combates, lo que le permitió cercar la zona enemiga donde quedan 300.000 civiles. «Esta ruta será la principal para la entrega de ayuda humanitaria», declaró el coronel Serguei Kapitsyn. Grupos similares de observación deben ser desplegados asimismo en Al Mashraqa (norte de la provincia de Alepo) y en Hama (centro), según adelantó el ejército ruso, que a diferencia del estadounidense no tiene el despliegue de hombres en Siria como una línea roja. Las autoridades rebeldes del este de Alepo rechazaron la presencia rusa y los soldados desplegados por el Kremlin fueron hostigados a lo largo de la jornada.

Primeros convoyes de ayuda

Mientras las agencias de Naciones Unidas esperan a que «el cese de las hostilidades aporte las garantías para poder distribuir ayuda», según Jens Laerke, portavoz del organismo internacional, Turquía dio el primer paso y envió 30 camiones que cruzaron a Siria por el paso fronterizo de Cilvegozu con alimentos, ropa de niño y juguetes. El destino de este primer convoy es el este de Alepo, según anunciaron las autoridades turcas, que deberán esperar a coordinar con Damasco la entrada en la segunda ciudad del país. La llegada de ayuda a las zonas cercadas es uno de los puntos clave del acuerdo de alto el fuego que busca poner fin a una guerra que ya ha dejado más de 301.000 muertos, según el último cálculo del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), y más de 11 millones han perdido sus hogares en la peor crisis de refugiados y desplazados del mundo.

En medio del alto el fuego y la distribución de ayuda, se produjo el ataque de Israel a posiciones del Ejécito sirio. Los israelíes, como hacen habitualmente en estos casos, respondieron al impacto de un mortero en los Altos del Golán, territorio sirio que ocupan desde la guerra de 1967. La agencia oficial siria, Sana, informó del derribo de un caza y dron israelíes, pero el estado judío desmintió la noticia y afirmó que los disparos de la artillería siria no alcanzaron a sus aparatos. «El ataque israelí llegó en apoyo de los grupos terroristas armados y en un intento desesperado por elevar la deteriorada moral de sus miembros debido a las graves pérdidas que han sufrido en Quneitra», recogió el comunicado de las Fuerzas Armadas Sirias en el que aseguraban haber derribado los aparatos israelíes. Israel no tiene un papel directo en la guerra de Siria, pero mantiene su frontera abierta para atender a civiles y milicianos de la oposición armada heridos por las fuerzas gubernamentales, incluidos miembros «grupos islamistas radicales», como informó el diario israelí Yediot Ahronoth en mayo del año pasado.

Apoyo rebelde al Frente Fatah Al Sham

La tregua avanza en medio de la enorme desconfianza entre las dos partes. El control de Rusia sobre el Gobierno es directo, pero no ocurre lo mismo con la capacidad de EE.UU. de influir en la atomizada oposición armada. Fruto de esta falta de control fue el comunicado que firmaron una veintena de facciones para criticar el acuerdo por excluir al Frente Fatah Al Sham, antiguo Frente Al Nusra y, sobre el papel, separado de Al Qaida desde julio aunque para rusos y estadounidenses sigue siendo «terrorista».

En el comunicado, los grupos opositores no aclaran si aceptan o no el alto el fuego y lamentan que no se trate de la misma forma a los yihadistas y a "las milicias sectarias extranjeras que luchan con el régimen y que perpetran crímenes desde hace cinco años contra Siria", en referencia directa a los grupos chiíes de Afganistán e Irak que combaten bajo el mando de la Guardia Revolucionaria iraní.

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