Rusia amenaza a Finlandia y Occidente con un choque nuclear

El Kremlin corta el suministro de gas a Finlandia y cierra el gasoducto Yamal que surte a Polonia y Alemania

El calendario de Finlandia y Suecia para entrar en la OTAN

La petición de Helsinki de entrar en la OTAN tensa más el conflicto

Sigue en directo la última hora de la guerra en Ucrania

El ministro de Asuntos Exteriores de Finlandia, Pekka Haavisto EFE / Vídeo: EP

Respondiendo ayer a una pregunta sobre si supondría para Rusia una amenaza el posible ingreso de Finlandia en la OTAN, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que «definitivamente». Señaló que «la expansión de la Alianza no hace que el continente euroasiático sea más estable y seguro ». Peskov advirtió además que la respuesta de Moscú a la entrada de Finlandia en la OTAN «dependerá del grado de aproximación de la infraestructura militar de la Alianza a las fronteras de Rusia». «Se analizará la situación y se aplicarán las medidas necesarias para garantizar nuestra seguridad», añadió.

El portavoz presidencial ruso deploró también que «Estados Unidos no ha emprendido ningún intento de reanudar las negociaciones con Rusia en los últimos dos meses » y denunció que «en las conversaciones con Ucrania tampoco hay de qué jactarse». «Todos están tratando de evitar un choque directo entre Rusia y la OTAN , pero Rusia dará una respuesta contundente a cualquiera que intente intervenir» en el conflicto ucraniano.

El expresidente, antiguo jefe del Gobierno y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, Dmitri Medvédev, alertó ayer a través de Telegram que «los países de la Alianza, que llenan de armas Ucrania, adiestran a sus tropas para usar equipo occidental , envían mercenarios y realizan maniobras cerca de nuestras fronteras, alimentan la probabilidad de un conflicto directo y abierto entre la OTAN y Rusia». Según sus palabras, «un conflicto así siempre tiene el riesgo de convertirse en una guerra nuclear en toda regla. Eso sería un escenario desastroso para todos».

El mes pasado, Medvédev ya subrayó en su cuenta de Telegram que, si Finlandia y Suecia se unen a la OTAN, habrá que olvidar el estatus no nuclear de la región del Báltico. Aseguró que, si los dos países escandinavos se integran en el bloque atlántico, «las fronteras terrestres de la OTAN con la Federación Rusa duplicarán con creces su longitud . Naturalmente, la defensa de estas fronteras deberá fortalecerse».

Por su parte, el Ministerio de Exteriores ruso emitió ayer un comunicado advirtiendo que «Helsinki debe ser consciente de la responsabilidad y las consecuencias» de incorporarse a la OTAN y poner fin a su estatus de neutralidad. «Rusia se verá obligada a tomar medidas de represalia , tanto de carácter técnico-militar como de cualquier otro tipo, con el fin de frenar las amenazas a su seguridad nacional que se presenten en este sentido», reza la nota diplomática rusa.

Con el anuncio de Finlandia ha comenzado a hacerse realidad la peor pesadilla de Putin, un escenario en el que la OTAN está cada día más cerca de Moscú y en el que su frontera directa con la Alianza aumenta en más de 1.300 kilómetros. El presidente finlandés, Sauli Niinistö, y la primera ministra, Sanna Marin, se pronunciaron ayer a favor de la entrada de su país en la OTAN y con ello pusieron en funcionamiento el proceso de solicitud, que será formalizada «en los próximos días» y «lo antes posible», según el comunicado de Helsinki. Esta adhesión «no está dirigida contra nadie», aclaró el presidente Niinistö, tras la advertencia de Rusia de «consecuencias políticas y militares» si Suecia o Finlandia daban un solo paso en esa dirección. «Ustedes han provocado esto. Mírense al espejo», fue su respuesta a Moscú. También la primera ministra Marin asumió que «si damos el paso debemos prepararnos para riesgos e influencias difíciles de anticipar, como un incremento de la tensión en la frontera con Rusia», así como que «nos convertiremos en objetivo de actividades de influencia híbrida de amplio alcance». «No nos hacemos ilusiones, Rusia nos castigará», acepta también el presidente del Banco Nacional de Finlandia, Olli Rehn.

Fuentes de la OTAN han confirmado que la solicitud será aceptada a trámite de inmediato y que durante el aproximadamente un año que dure el proceso «los aliados proporcionarán una mayor presencia de tropas en la región, realizarán allí más ejercicios militares y patrullas marítimas en el mar Báltico, y potencialmente enviarán fuerzas estadounidenses y británicas a Finlandia y a Suecia ». Los 30 miembros actuales deben estar de acuerdo, pero el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha señalado reiteradamente que hay un amplio apoyo y el canciller Scholz ha apadrinado públicamente el proceso al invitar a Marin y Andersson a un consejo de ministros alemán.

Seguramente por eso, una de las primeras reacciones de Moscú lleva una dedicatoria oculta a Alemania: la suspensión del suministro de gas ruso a través del gasoducto polaco Yamal, anunciada ayer, y que se ramifica a toda Europa pero surte sobre todo a Alemania y que supone también un golpe financiero para Polonia, país que cobra peaje de tránsito. Moscú anunció además sanciones que incluyen a varias filiales alemanas de Gazprom Germania, que afectan a la mayor instalación de almacenamiento de gas del país, ubicada en Rehden, Baja Sajonia, y que representa alrededor de una quinta parte de la capacidad total. El ministro de Economía, Robert Habeck, calculó que son sanciones «manejables», pero llamó a la población a una reducción del consumo que, dijo, «lo es ahora todo», Habeck señaló que «si logramos un ahorro del consumo del 10% en los dos próximos años habremos evitado entrar en situación de emergencia».

En este sentido también se pronunció el consejero delegado ejecutivo de Repsol, Josu Jon Imaz, quien contribuyó ayer a animar el intenso debate en el seno de la UE sobre romper amarras totalmente con el gas ruso . En concreto, el máximo representante de la energética mostró su preocupación por lo que pueda ocurrir el próximo invierno y advirtió de la dependencia de Europa. «Hoy no se pueden sustituir los 150 bcm de gas que Europa recibe de Rusia». Y añadió que «no hay forma de cubrir prácticamente el 40% de ese gas» en Europa y eso va a provocar un «tensionamiento brutal».

Pero en Finlandia, las consecuencias que más preocupan son las militares. Desde 2009, Estocolmo y Helsinki han formado la Comunidad Nórdica de Defensa (Nordefco) junto con los países de la OTAN Dinamarca, Noruega e Islandia. Y desde mayo de 2018 existe la llamada Declaración de intenciones trilateral entre Finlandia, Suecia y EE. UU. , que prevé la cooperación en varias áreas militares. Suecia y Finlandia son los dos países socios más cercanos de la OTAN (Enhanced Opportunity Partners), lo que significa una alta interoperabilidad. Pero en previsión de reacciones adversas de Rusia a su acercamiento a la OTAN , en las últimas semanas se han dado nuevos pasos. El presidente Niinistö y el primer ministro británico Boris Johnson firmaron el miércoles una declaración de garantía mutua de seguridad, ante una posible agresión rusa, firmada también por Suecia y que implica un compromiso de asistencia mutua militar en caso de un ataque armado o un desastre natural. El acuerdo establece además una mayor cooperación bilateral en áreas como la inteligencia militar, tecnología, compra de armas y ejercicios militares conjuntos. A la espera de la membresía de la OTAN, Suecia ha procedido por su parte a militarizar la isla de Gotland, una provincia a 300 kilómetros de Kaliningrado. El ministro sueco de Defensa, Peter Hultqvist, ha enviado desde enero cientos de miles de soldados para reforzar la isla y ha distribuido entre los habitantes folletos informativos sobre cómo actual en caso de estallido de la guerra.

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