Instituto Melchor de Jovellanos, en pleno centro de Alhucemas
Instituto Melchor de Jovellanos, en pleno centro de Alhucemas - Manuel Trillo

Los rifeños de Marruecos añoran la época en que vivían con los españoles

Vecinos de Alhucemas, la antigua Villa Sanjurjo levantada por España, recuerdan que durante el Protectorado había fábricas que ahora no existen y recuerdan la buena convivencia de entonces

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La huella española es inequívoca en la antigua Villa Sanjurjo. Erigida por los españoles sobre un acantilado tras el desembarco de Alhucemas de 1925, en esta ciudad de 57.000 habitantes se habla más castellano que francés.

En rifeño, que hablan habitualmente los vecinos en sus casas en lugar del árabe, se conservan numerosas palabras españolas, mientras que en la localidad hay vecindarios con nombres como Barrio Obrero o el Mirador de Abajo.

Desde el pasado octubre, el Rif vive sumido en una etapa convulsa, con constantes protestas contra el gobierno de Rabat, que se han exacerbado tras la detención hace cerca de un mes del líder del movimiento popular «Hirak», Nasser Zafzafi. Pero antes de formar parte de Marruecos, esta región bañada por el Mediterráneo fue durante más de cuatro décadas parte del Protectorado español (1912-1956), con el paréntesis de la república rifeña establecida entre 1921 a 1926 por Abd el-Krim.

Después de más de medio siglo, permanece en pleno centro el instituto Melchor de Jovellanos, que imparte clases según el sistema educativo español a alumnos desde los tres años.

«Tenemos más cosas y cultura en común con España que con Marruecos»
Ahmed

A menudo se ha hablado estos días de un bombardeo español con armas químicas en el Rif.

Sin embargo, numerosos habitantes muestran gran cariño a España y destacan que en aquella época vivían mejor que tras incorporarse a Marruecos en 1956.

Abdul, joven empresario de Alhucemas, señala en la lengua de Cervantes que los rifeños convivían en armonía con los españoles y había numerosas fábricas que ya no existen. «Mi madre dice que tenía vecinos españoles en el edificio y tenían una buena vida». «Tenemos más cosas y cultura en común con España que con Marruecos», sostiene.

«Hijos de españoles» para insultar a los rifeños

Es más, asegura que «hay gente (en Alhucemas) que ve los canales españoles» en la tele y que en cambio no tiene los marroquíes, más ahora con las revueltas en la región, donde las cadenas de Rabat dan «fake news» (noticas falsas), critica.

Según denuncia, los agentes de Policía llaman a los rifeños de «hijos de españoles» como una forma de insulto. «No entiendo por qué», señala Abdul, que no ve en los vínculos de la región con España nada negativo.

Con todo, cree que los rifeños «no piensa» ahora en salidas separatistas respecto a Marruecos, sino que en las protestas solo reivindica medidas sociales.

Said Saidi, pescador de 45 años que tiene a su hijo de 19 en prisión, también habla en español. En su caso, lo aprendió como emigrante en España, donde trabajó en la construcción en los años del «boom» inmobiliario. «Lo único que han traído es policía», se queja de la falta de medidas para el Rif desde Rabat.

Saidi, que recibe a ABC en su casa del Mirador de Abajo entre un acantilado y un barranco seco, asegura que su hijo fue detenido supuestamente por ayudar a escapar a Nasser Zafzafi antes de que fuera arrestado. Pero él defiende que en realidad estaba dormido cuando sucedieron los hechos de los que se le acusa. «Le hicieron firmar un papel ya preparado», denuncia. Según critica, «el Gobierno es falso, todos están robando», mientras que los manifestantes «solo piden hospital, trabajo y colegios».

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