Momento en el que era rescatada una niña ayer entre los escombros del hotel Rigopiano, en Italia
Momento en el que era rescatada una niña ayer entre los escombros del hotel Rigopiano, en Italia - REUTERS
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«Escuchamos nuevas voces bajo la nieve del hotel», afirman los socorristas

Diez personas han sido salvadas, entre ellas cuatro niños, y cinco son las víctimas.

ROMA Actualizado: Guardar
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La búsqueda de nuevos supervivientes continúa sin descanso en el hotel Rigopiano destruido por un alud el miércoles. En su lucha contrarreloj los socorristas se han cargado de esperanza y afirman que «se escuchan nuevas voces bajo la nieve». Por ahora son 10 los supervivientes, de ellos 4 niños. Cinco fueron salvados en la tarde de ayer, 48 horas después de la tragedia. Otros cinco habían sido también localizados, pero solo en la noche se pudo llegar hasta ellos porque estaban lejos de los primeros, aprisionados entre vigas de cemento, techos con riesgo de desmoronarse. Los médicos definen su estado de salud como «bueno». Todavía hay una veintena de desaparecidos. El balance de muertos es de cuatro: dos mujeres y dos camareros del hotel.

Los socorristas señalan que han escuchado voces en la estructura, pero son muy complicadas las tareas de rescate, «porque se trabaja en un edificio que se ha derrumbado y se avanza con mucha cautela, en condiciones extremas, con el temor además de que haya nuevas avalanchas. En la búsqueda ayudan los perros capaces de olfatear olores hasta cinco metros de profundidad. La localización de los ya salvados se pudo hacer con la ayuda también de pequeñas telecámaras que se introducen siguiendo la planimetría en espacios donde se cree que se han podido refugiar las personas. «Los que se han recuperado se han salvado gracias a la especial ropa de abrigo que llevaban y al hecho de no haber estado en contacto con la nieve. La estructura, aunque se había derrumbado parcialmente, los ha protegido», ha afirmado Tullio Spina, médico de reanimación en el hospital de Pescara.

Efecto iglú

El efecto iglú ha sido también decisivo para la supervivencia: «La nieve tiene un gran poder de aislamiento, como bien saben las personas que viven en los iglú. Actúa como si fuera un jersey. La ropa se calienta porque crea un espacio de aire caliente alrededor de nuestro cuerpo, impidiendo a la piel sentir el contacto con el aire frio. Al interior del hotel se han podido crear condiciones smilares: Zonas aisladas del exterior en las que el aire ha permanecido menos fría», explica a Repubblica Gian Franco Gensini, profesor de medicina interna, añadiendo la importancia del oxígeno como un punto clave: «Difícilmente se puede sobrevivir largo tiempo sin una conexión con el exterior que lleve aire fresco. Una persona, en reposo, tiene necesidad cada dia del oxígeno contenido en dos metros cúbicos y medio de aire».

Después de la conmoción que sintió toda Italia por la tragedia del hotel, viendo que una treintena de personas había quedado sepultada, el país ha reaccionado con gran emoción ante las imágenes de los socorristas sacaban entre la nieve a los supervivientes. El primero en ser extraído fue el pequeño Gianfilippo, de ocho años, y a continuación entre gritos de «brava» lograron sacar a la madre, Adriana, quien gritaba y señalaba con un brazo: «Mi hija está ahí, en una habitación al lado», decía a los socorristas. Era Ludovica, de seis años. Los esperaba en el hospital de Pescara el padre, el cocinero Giampiero Parete, de 38 años, el primer superviviente de la avalancha, que pudo dar el aviso de la tragedia y que se salvó porque había salido del hotel y fue a su coche a coger una medicina para su mujer Adriana. Lafamilia se abrazó entre lágrimas.

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