Reino Unido y la UE se comprometen a bajar el tono durante sus negociaciones

Se espera que Londres y Bruselas den a conocer la próxima semana los textos legales sobre sus respectivas posiciones

AFP

Ivannia Salazar

La necesidad de alcanzar un acuerdo comercial antes de que el período de transición del Brexit acabe en diciembre de este año ha hecho que la Unión Europea y el Reino Unido se comprometan a bajar el tono de sus conversaciones con el fin de que lleguen a buen puerto. Así lo ha revelado el periódico británico The Guardian, que citando fuentes diplomáticas asegura que ambas partes han acordado «bajar la temperatura» que han mantenido hasta el momento en sus cruces de declaraciones con el fin de crear un espacio más adecuado para conseguir un acuerdo.

Aunque las conversaciones previstas para la próxima semana en la capital británica han sido suspendidas debido a la crisis del coronavirus, se espera que Londres y Bruselas den a conocer la próxima semana los textos legales sobre sus respectivas posiciones . Además, en un comunicado conjunto, señalaron que «ambas partes están actualmente explorando formas alternativas de continuar las discusiones, incluido, si es posible, el uso de videoconferencias», ya que pese a la emergencia de salud pública que supone la enfermedad, es urgente que las negociaciones no se paralicen.

Pese a que la promesa de bajar el tono se refiere sobre todo a las formas, debido a las escalada de agresividad verbal de las últimas semanas desde ambos frentes, las fuentes muestran su preocupación por la discusión de fondo. Mientras que para los británicos el Brexit ha supuesto ganar la batalla de la soberanía y así quieren dejarlo claro a la hora de negociar, la UE apuesta por el mantenimiento de los beneficios económicos para ambos como socio prioritario que es, tanto histórica como geográficamente hablando. A priori, las áreas que se perfilan como las más problemáticas son la pesca, la delincuencia y la justicia, y por supuesto la situación de Irlanda del Norte, aunque la UE ha dejado claro que es responsabilidad del Reino Unido elaborar el plan para implementar los acuerdos especiales, como los controles aduaneros en el mar de Irlanda.

Las negociaciones no serán fáciles, y el hecho de que el primer ministro Boris Johnson haya prometido que bajo ninguna circunstancia extenderá el período de transición más allá del 31 de diciembre lo hace aún más complicado, por lo que el ejecutivo británico, según una de las fuentes, ha apostado por un camino: «¿Qué haces para lograr un trato? Lo dramatizas lo suficiente como para crear la tensión necesaria para forzarlo».

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