El Reino Unido renuncia a su presidencia de turno de la UE del próximo año

Theresa May recibió el martes la llamada de Donald Tusk, el polaco que preside el Consejo europeo, para felicitarla por su nuevo cargo. En el transcurso de la conversación, la primera ministra británica le informó de que el Reino Unido no ejercerá la presidencia de turno de la UE en los últimos seis meses del próximo año, tal y como le tocaba por turno. May alegó que el país estará muy ocupado en las negociaciones del Brexit. Se trata de una decisión esperada, porque carecía de sentido tener al Reino Unido al frente de la UE por unos meses toda vez que ha votado por romper con ella.

May inicia hoy una importante gira por Berlín y París.

Esta noche cenará con Merkel y mañana se verá con Hollande, dos encuentros que servirán para clarificar la velocidad de la desconexión, asunto en el que el Gobierno británico está jugando de manera bastante vidriosa y a juicio de algunos observadores europeos, oportunista. May ha situado al frente de las relaciones exteriores a tres eurófobos, Boris Johnson en exteriores; David Davis en el nuevo ministerio de Salida de la UE, y Liam Fox en el de Comercio Internacional. Son tres personalidades muy fuertes, que además se llevan francamente mal entre ellos. En esa situación, tal vez las negociaciones para dejar la UE las acabe llevando la propia May, que habría querido hacer con esos nombramientos un guiño al voto ganador en el referéndum, toda vez que ella, aunque es euroescéptica, apoyó el Remain por lealtad a Cameron.

El ministro de Exteriores alemán ha pedido ya varias veces al Reino Unido que acelere su salida. Pero los ingleses parecen fabular con seguir gozando de lo mejor de los dos mundos: acceso al mercado único, pero sin verse obligado por sus normas y sin contribuir a su presupuesto. Una tomadura de pelo que enoja especialmente a los franceses.

El encuentro de May y Merkel será muy interesante, pues con frecuencia se las ha comparado: dos mujeres muy trabajadoras y solventes, hijas ambos de pastores protestantes y casadas sin hijos. May ha pedido antes de partir “una conversación franca”.

Una semana después de su llegada al Número 10, la luna de miel de la novedad se va a acabando, a pesar de que May cuenta con la ventaja de que la oposición laborista no existe ahora mismo, debido a sus guerras internas para derrocar al ineficiente Corbyn. Cuando habla de la relación con la UE, May repite como un mantra la frase «Brexit es Brexit». Pero Nick Clegg, el liberal que fuera vicepresidente con Cameron, ha criticado la vacuidad de ese lema y la acusa de no explicar cuál será la relación con el mercado único o la de los ciudadanos británicos que viven en la UE. Clegg demanda que haya unas elecciones generales antes de que se aplique el Brexit.