Putin desactiva la crisis abierta con Israel tras el derribo de un avión ruso

El aparato militar, con 15 personas a bordo, fue alcanzado por misiles sirios lanzados contras varios cazas israelíes que atacaban objetivos en Latakia

El prsidente Putin constesta a un periodista durante la rueda de prensa conjunta con el primer ministro húngaro, Viktor Orban, ayer , en Moscú AFP

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El derribo ayer de un avión de reconocimiento ruso Iliushin-20 por misiles sirios S-200 , que habían sido disparados durante un ataque de cuatro aviones israelíes F-16 y cuyo objetivo era abatirlos, ha abierto una crisis, de momento diplomática y no excesivamente virulenta, entre Rusia e Israel. El incidente recuerda lo sucedido en noviembre de 2015 cuando aviones de combate turcos, también F-16, derribaron un cazabombardero ruso Sujói-24 en la frontera entre Turquía y Siria.

El presidente Vladímir Putin terminó ayer quitando hierro al incidente y dejando claro que no habrá crisis en las relaciones con Israel. Pero, por la mañana, el Ministerio de Defensa ruso responsabilizó a Israel de lo sucedido con el Il-20, cuya caída al mar Mediterráneo, el lunes cerca de la localidad siria de Latakia, causó la muerte de sus 15 tripulantes . el momento en el que la aeronave rusa desapareció de los controles de radar, cuatro aviones israelíes F-16 atacaban posiciones en Latakia.

Como un «escudo»

Según el comunicado dado a conocer por el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, el general Ígor Konashénkov , los aparatos israelíes utilizaron como «escudo» el avión ruso, que fue alcanzado por misiles S-200 disparados por la artillería antiaérea siria. Konashénkov calificó de «hostiles» las acciones de Israel y aseguró que sus aviones «crearon deliberadamente una situación peligrosa », ya que el Il-20 ruso se disponía a aterrizar y en las inmediaciones se encontraba el navío francés «Auvergne». Según sus palabras, «quince militares rusos han muerto por culpa de las acciones irresponsables de Israel en Siria».

El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, por su parte manifestó que Rusia «ha advertido repetidamente a Israel del peligro de sus ataques contra Siria, por lo que la responsabilidad del incidente recae completamente sobre este Estado. Rusia se reserva el derecho de responder de forma adecuada».

Konashénkov considera «imposible» que el control aéreo israelí no se percatará de la presencia del Il-20, que al ser empleado como «escudo» por los pilotos de los F-16, «lo pusieron a merced de la defensa antiaérea siria». Además, subrayó el general ruso, Israel no avisó con la debida antelación de sus planes de ataque, lo que «impidió situar el Il-20 en una zona segura».

Este avión ruso, un turbohélice de reconocimiento y lucha radioelectrónica, desapareció de las pantallas de radar hacia las diez de la noche (hora española) del lunes. Volaba en ese momento sobre el Mediterráneo a unos 35 kilómetros de la costa de Siria. Se disponía a tomar tierra en la base aérea rusa de Jmeimim , situada al noroeste de Siria junto a Latakia. Los restos del avión y varios de los cadáveres fueron hallados ayer por la Marina rusa a 27 kilómetros al oeste de la ciudad de Baniyas (provincia de Latakia).

Tras el enfado mostrado por el Ministerio de Defensa, cuyo titular, Shoigú, habló por teléfono con su homólogo israelí, Avigdor Lieberman, para mostrar una vez más su malestar, fue el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, quien se expresó al respecto, pero bajando considerablemente el tono de los reproches. Aunque afirmó que en el Kremlin reina una «preocupación extrema» por la muerte de los 15 tripulantes del Il-20, declinó entrar en materia. «No voy a dar ninguna valoración. La situación se está analizando. Los primeros resultados de este análisis se han ofrecido en la declaración del Ministerio de Defensa, que de manera unívoca calificó de provocadoras esas acciones», manifestó Peskov en su habitual comparecencia ante los medios de comunicación rusos. El portavoz del presidente Vladímir Putin dijo además que el derribo del avión no influirá de ninguna manera en el acuerdo alcanzado el lunes entre Rusia y Turquía para pacificar la situación en Idlib.

También ayer fue convocado el embajador de Israel en Moscú, Harry Koren, a dar explicaciones en el Ministerio de Exteriores ruso. Pero acudió la encargada de negocios de la legación israelí, Keren Cohen Gat, que no quiso hacer ninguna declaración tras su encuentro en la Cancillería rusa.

Armas para Hizbolá

Entre tanto, Tzahal, el Ejército israelí, daba a conocer un comunicado responsabilizando de la catástrofe del Il-20 al régimen de Bashar al Assad, a Irán y a la milicia chií Hizbolá. Según la nota, «en el momento del ataque el avión ruso derribado no se encontraba en la zona de operaciones (...) el objetivo de la incursión era un centro dependiente de las tropas sirias de fabricación de armas de exterminación masiva para que Hizbolá las empleara contra Israel». Así mismo, el Ejército israelí aseguró estar dispuesto a «facilitar a Rusia toda información relevante» que sirva para esclarecer los hechos.

Esta misma oferta se la hizo poco después por teléfono el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a Putin, indicando que enviará a Moscú al máximo responsable de la Fuerza Aérea del país para ayudar en la investigación. Netanyahu expresó al jefe del Kremlin sus condolencias por la muerte de los militares rusos.

Putin fue quien puso punto final al percance dando a entender que no pondrá en peligro las relaciones con Israel como sí sucedió con Turquía hace tres años. El derribo del cazabombardero ruso provocó una crisis con Ankara, sanciones incluidas, que sólo empezó a resolverse después de que Erdogan pidiera disculpas, en el verano de 2016.

Durante su rueda de prensa conjunta con el primer ministro húngaro, Viktor Orban, el presidente ruso dijo ayer que lo de ahora y lo de hace tres años «son cosas distintas (...) entonces el ataque del caza turco fue premeditado, pero lo sucedido ahora parece más bien una cadena de casualidades trágicas (...) ningún avión israelí derribó al nuestro deliberadamente». Al ser preguntado sobre qué medidas piensa adoptar contra Israel, Putin respondió que «nuestras acciones de respuesta apuntarán ante todo a dar mayor seguridad a nuestros militares y a nuestras instalaciones en Siria».

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