El profesor francés se inventó el ataque a puñaladas de un seguidor de Daesh, según la fiscalía de París

El profesor de un centro parisino de Aubervilliers, en el distrito de Seine-Saint Denis, que aseguraba haber sido atacado en su clase con un cúter por un seguidor de la banda terrorista Daesh ha reconocido haberse inventado el suceso, ha informado la fiscalía de París a France Press.

El docente de 45 años debe aclarar ahora a los investigadores la razón por la que se habría inventado el ataque un mes después de los atentados de París. El profesor había sido hospitalizado esta mañana por heridas superficiales en el cuello y en la frente.

Este supuesto ataque había suscitado gran emoción en Francia, que continúa en alerta antiterrorista y en estado de excepción después de los ataques terroristas de París el pasado 13 de noviembre que causaron la muerte de 130 personas y unos 350 heridos.

Una portavoz de la Fiscalía de París ha explicado a Efe que este maestro, de 45 años, ha admitido que «todo fue un invento» durante el interrogatorio al que ha sido sometido esta tarde en el hospital donde fue ingresado para ser tratado de las heridas.

La misma fuente señaló que el interrogatorio va a continuar «para entender las intenciones» de su relato, que dio lugar a la apertura de una investigación judicial por terrorismo y a reacciones en cadena, en particular de la ministra de Educación, Najat Vallaud Belkacem, y de los sindicatos de enseñanza.

El docente había contado que poco después de las 7.00 horas un hombre encapuchado había entrado en el aula en el que estaba preparando las clases antes de que llegaran los alumnos.

Según el maestro, el agresor le había herido en el abdomen y en el cuello con un objeto punzante mientras le decía que pertenecía al grupo terrorista Estado Islámico (EI) y que la agresión era «una advertencia».

Desde mediados de noviembre, la seguridad escolar se ha reforzado debido a que el último número de la revista francesa de propaganda del Daesh, «Dar-al-Islam», ataca violentamente a los funcionarios de Educación, a los que se les acusa de ser «enemigos de Alá» que «enseñan secularismo» y que tienen «una guerra abierta contra las familias musulmanas».