Un policía galo vigila a las puertas de la Gran Mezquita de París a la llegada de varios musulmanes, cuya presencia es cada vez más común en las calles de la capital francesa, antes del rezo de los viernes
Un policía galo vigila a las puertas de la Gran Mezquita de París a la llegada de varios musulmanes, cuya presencia es cada vez más común en las calles de la capital francesa, antes del rezo de los viernes - EFE

Una princesa saudí ordena a sus guardaespaldas dar una paliza a un trabajador francés

Al grito de «hay que matar a este perro que no merece vivir» una hija del ex rey Abdalá bin Abdelaziz al-Saud de Arabia Saudí hizo que sus escoltas agrediesen al artesano que había arreglado varias habitaciones de su palacio

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Un pequeño empresario francés ha presentado una denuncia contra una hija del ex rey Abdalá bin Abdelaziz al-Saud de Arabia Saudí, por ordenar a sus guardaespaldas que le diesen una paliza. Según la denuncia presentada por el damnificado, especializado en obras y trabajos en el interior de residencias particulares, la princesa saudita se habría negado a pagar los trabajos realizados y echó al empresario de mala manera, diciendo a uno de sus guardaespaldas: «Hay que matar a este perro. No merece vivir».

El hombre había realizado diversos trabajos en la residencia de la princesa en la Avenue Foch, no lejos del Arco del Triunfo. Según su versión, deseaba hacer algunas fotos de cómo habían quedado las habitaciones y utilizarlas como «tarjeta de visita» para potenciales clientes.

La princesa, ofendida, ordenó a sus guardaespaldas que lo mataran. Los escoltas, armados, comenzaron por obligar al trabajador que se arrodillara a los pies de la princesa saudita y le besara sus babuchas. Aterrorizado, el empresario ejecutó rápidamente la orden, antes de recibir una soberana paliza.

Abandonado en la calle, el artesano se apresuró a presentar una denuncia en una comisaría. La Policía ha interrogado a los guardaespaldas de la princesa saudita, que niegan por completo los hechos denunciados por el empresario parisino, quien reclama 20.000 euros por los trabajos realizados. Según su versión, los hombres se niegan a devolverle sus herramientas y pagar las facturas.

Se trata de un nuevo problema relacionado con la presencia creciente de personalidades musulmanas en el París más lujoso y emblemático. Desde hace años, en los alrededores de los Campos Elíseos y el Arco del Triunfo, es muy común ver pasear a las familias de millonarios musulmanes. Estas dinastías adquieren hoteles y residencias de mucho lujo, donde también se suele ver a los guardaespaldas, que no siempre ocultan sus armas ligeras cuando acompañan a sus «amas» a comprar artículos de lujo orientados a la clientela musulmana más adinerada.

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