Primeros disturbios tras la denuncia de fraude electoral en Kenia

El líder de la oposición, Raila Odinga, acusó al gobierno de piratear el sistema informático de recuento de votos

Un grupo de policías durante los disturbios ocasionados tras la jornada electoral en Kenia REUTERS
Laura Secorun

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Ni siquiera había terminado el recuento de las elecciones celebradas en Kenia el martes cuando la oposición, que volvía a perder los comicios, denunciaba un fraude generalizado y se producían los primeros disturbios en los que murieron cinco personas. En el barrio chabolista de Mathare decenas de personas se manifestaron, varios de ellos armados con palos, bloquearon las calles con piedras y levantaron barricadas a las que prendieron fuego. La Policía respondió con gases lacrimógenos y varios disparos que quitaron la vida a dos personas. Murieron otras tres en un enfrentamiento en un centro de votación costero.

Con el 96% de los votos escrutados, los resultados daban como ganador al actual presidente, Uhuru Kenyatta , quien habría obtendio un 54,4% de los sufragios frente al 44,8% logrado por su rival Raila Odinga , quien denunció los resultados y acusó a Kenyatta de manipular las elecciones. Odinga aseguró que el sistema informático de la comisión electoral sufrió un ciberataque que permitió «manipular» los resultados.

El perenne candidato de la oposición también cree que el fraude está conectado con el reciente asesinato de un alto funcionario electoral, Chris Msando , el hombre encargado de supervisar los sistemas técnicos durante la votación, quien fue encontrado estrangulado y torturado en un bosque a las afueras de Nairobi la semana pasada.

«Las elecciones generales han sido un fraude», insistió Odinga, quien aseguró:_«Tenemos nuestras propias proyecciones que demuestran que estamos por delante.» La participación fue de un 75% y no hubo disturbios durante la votación. Cientos de miles de kenianos hicieron cola bajo el frío y la lluvia para votar en una elección que muchos ven como un importante test de estabilidad para uno de los países más influentes de África.

Aparte de en Nairobi, en la ciudad de Kisumu, en el oeste del país, la policía antidisturbios lanzó gases lacrimógenos contra un grupo de unos 100 partidarios de la oposición que habían bloqueado las calles cantando «Sin Raila, no hay paz». Odinga instó a sus partidarios a mantener la calma, pero añadió: «Yo no controlo a la gente».

El oeste de Kenia es la región de donde proviene Odinga y su tribu, los Luo. Y durante los últimos años, esta zona se ha sentido abandonada por el gobierno central liderado por presidentes de la etnia rival, los Kikuyu.

Tras los disturbios de la mañana, Nairobi recuperó la paz. Pero la tensión se mantiene en el deprimido barrio de Kibera, donde Odinga es muy popular.

Pero los jóvenes de la zona dicen que esperan saber más antes de actuar. «Si Odinga dice que todo está bien, entonces está bien. Si dice que hay que pelear, pelearemos,” dice Abraham Ashidiva, un vecino de 24 años.

En 2007, Odinga también rechazó el resultado de la elección y las protestas entre sus partidarios y las fuerzas de seguridad se convirtieron en una ola de violencia inter-étnica. Más de mil personas murieron y cientos de miles tuvieron que huir de sus casas.

En 2013, Odinga también se negó a aceptar su derroto y decidió llevar su acusación a los tribunales, que no le dieron la razón. Esta es su última oportunidad de ser presidente pero su enfrentamiento contra Kenyatta viene de mucho más atrás. Los padres de Odinga y Uhuru fueron aliados políticos durante la lucha por la independencia de Gran Bretaña pero se convirtieron en rivales tras la independencia cuando Jomo Kenyatta fue nombrado jefe de estado y Jaramogi Odinga vicepresidente.

La comisión electoral tiene aún cinco días para anunciar al nuevo presidente y cada minuto cuenta. Los Kenyanos están pegados a los televisores siguiendo las noticias aunque pocos creen que se vaya a repetir la violencia de 2007. «Nadie quiere que vuelva a ocurrir lo mismo,» dice Akyni Adongo, directora de una ONG local «protegeremos a nuestros amigos de diferentes tribus.»

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