Dilma Rousseff, con líderes de movimientos sociales, el pasado viernes en el Palacio de Planalto
Dilma Rousseff, con líderes de movimientos sociales, el pasado viernes en el Palacio de Planalto - Reuters

El presidente interino de la Cámara Baja suspende el juicio contra Rousseff por «irregularidades»

Las consecuencias jurídicas de la decisión de Waldir Maranhao todavía no están claras, cuando el Senado se prepara para una votación que puede separar del poder a la presidenta de Brasil

Los principales partidos de la oposición anunciaron que presentarán un recurso ante el Supremo para intentar anular este último paso

Corresponsal en Sao Paulo Actualizado: Guardar
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La convulsión política vuelve a Brasil con la decisión del presidente interino del Congreso, Waldir Maranhao, de anular el proceso de destitución de Dilma Rousseff, que tramita el Senado y que estaba a la espera de una votación decisiva este miércoles. La inesperada decisión de Maranhao de este lunes movilizó tanto al oficialismo –que celebró la anulación– como a los grupos de la oposición –que comienzan a organizarse y anuncian nuevas protestas. El diputado Pauderney Avelino, del partido opositor Demócratas (DEM), se disponía a presentar un recurso ante la Corte Suprema para anular la última medida de Maranhao.

Rousseff, mientras tanto, pidió cautela y tranquilidad. «Por delante tendremos una dura batalla, plagada de dificultades. Pido encarecidamente tranquilidad a los parlamentarios para afrontarla.

Habrá mucha lucha, mucha disputa», aseguró la presidenta durante un acto en la sede del Ejecutivo.

En el Gobierno brasileño ha aumentado la incertidumbre sobre su futuro, en un momento en que Dilma Rousseff se preparaba para abandonar el Palacio del Planalto y su vicepresidente, el opositor Michel Temer, se disponía a tomar las riendas del país con un nuevo Gabinete. Precisamente los partidarios de Temer condenaron la decisión de Maranhao.

Alega que la mayoría de los parlamentarios justificó su voto por «Dios», «la familia» y sus electores

El presidente interino –que asumió el cargo la semana pasada, tras la suspensión del expresidente Eduardo Cunha, investigado por corrupción– pidió que el proceso contra Rousseff regrese a la Cámara de Diputados. Así paralizó el proceso en el Senado, que este miércoles se disponía a votar la apertura del juicio político contra Rousseff.

Entre sus argumentos, Maranhao denuncia la supuesta orientación del voto en los partidos, lo que violaría el derecho a la libertad de voto de los congresistas. El presidente interino también acató la petición del Abogado General de la Unión (AGU), José Eduardo Cardozo, que cuestionaba la votación del pasado 17 de abril. Ese día, la Cámara de Diputados votó a favor de la apertura del juicio político por 367 votos a favor y 137 en contra, lo que supuso una derrota histórica para Rousseff y el oficialista Partido de los Trabajadores.

Cardozo, principal defensor de Rousseff durante el proceso en el Legislativo, denunció irregularidades como la orientación del voto y las justificaciones de los diputados, que votaban por motivos ajenos al proceso. La mayor parte de los parlamentarios justificó su voto por «Dios», «la familia» y sus electores. Apenas 16 congresistas de la oposición se refirieron a las verdaderas acusaciones contra la mandataria: maquillar las cuentas públicas.

La Mesa de la Cámara de Diputados señaló que la anulación no respeta la decisión soberana del pleno. El anuncio también ha dividido a expertos en derecho constitucional, pero todos coinciden en que son impredecibles las consecuencias jurídicas de la decisión, así como el futuro político de Brasil.

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