Preocupación por la suerte de cientos de menores tras el desalojo de «La Jungla» de Calais

Pese a que las autoridades aseguran haber realojado a muchos de ellos, la mayoría podrían haber escapado y carecen de toda tutela

Corresponsal en París Actualizado: Guardar
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Cuando comienza la destrucción definitiva del campamento de refugiados de «La Jungla» de Calais, centenares de mujeres, niños y adolescentes continúan en una situación humanitaria inquietante. Entre 200 y 500 niños y adolescentes fueron alojados en contenedores de transporte de mercancías, las noches del lunes y el martes, cuando comenzaron a trabajar las palas mecánicas, vigiladas por unidades de antidisturbios.

Cuando las autoridades anunciaron el fin de «La Jungla», la tarde del miércoles, un número impreciso de niños, adolescentes y mujeres solas, continuaban sin cobijo conocido, errantes por un paisaje atroz, propio de una película apocalíptica: incendios de chabolas, niños y adolescentes haciéndose autofotos ante sus chozas incendiadas, antidisturbios cerrando el paso a los fotógrafos, nubes de humo cubriendo de negra incertidumbre el más incierto horizonte.

Durante la mañana del jueves, Liberation ha detectado en las inmediaciones de «La Jungla» la presencia de bandas de mujeres jóvenes que no han encontrado cobijo y esperan «refugiarse» en lugares próximos, a la espera, siempre de poder huir al Reino Unido. Autoridades y organizaciones se tiran a la cara cifras de difícil verificación sobre la incierta suerte de mujeres recién llegadas, niños y adolescentes no se sabe si huidos, controlados o abandonados, errantes, en cualquier caso, entre los restos y la periferia de una «Jungla» oficialmente destruida.

Selección de menores

La organización Médicos Sin Fronteras ha denunciado en varias ocasiones el método de «selección» de los menores oficialmente acogidos en centros especiales: «Son seleccionados por la cara, sin otro argumento que la imagen que tiene de ellos un funcionario encargado de escoger a los niños y adolescentes que recibirán ayuda prioritaria».

El concepto «ayuda prioritaria» tampoco obedece a unos criterios médicos o humanitarios claramente definidos. Un número aparentemente significativo de adolescentes «mayores» intenta «colarse» en las filas de niños «prioritarios».

Tras la destrucción de las «cabañas» y «tiendas de campaña» de «La Jungla», en llamas, un número impreciso de menores ha escapado voluntaria o involuntariamente al control policial previo a su «reenvío» a los refugios repartidos en toda Francia. Las fuentes oficiales se dicen «globalmente satisfechas» tras el desmantelamiento de «La Jungla». Las organizaciones humanitarias temen la “floración” de nuevos campos de refugiados.

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