Theesa May
Theesa May - NIETO
ELECCIONES EN EL REINO UNIDO

La «premier»Theresa May quiere cinco años más

Con el mantra de la estabilidad, hoy anunciará un retoque de su Gobierno para hacer frente a las críticas internas

CORRESPONSAL EN LONDRES Actualizado: Guardar
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Desde que hace siete semanas convocó elecciones anticipadas para reforzar su mayoría, May vino repitiendo cada día que el suyo era «un liderazgo fuerte y estable». El mantra acabó cobrando aire de cantinela y algunas televisiones hasta realizaron simpáticos montajes musicales con él. Pero las urnas le han devuelto un liderazgo más débil y más inestable, sostenido por los diez diputados unionistas de DUP, un partido bastante antediluviano, que presentó como unos «amigos» con los que los tories siempre se han entendido.

En su primera alocución, a la una de la tarde, ante el atril que se coloca en Downing Street en las ocasiones solemnes, habló como si no acabase de perder la mayoría absoluta. No hubo referencia alguna a su varapalo electoral. «Acabo de ver a su majestad la Reina y ahora voy a formar gobierno», anunció seria, con aspecto tocado, pero imperturbable.

Justificó su decisión de mantenerse en el poder por el hecho indiscutible de que su partido ha ganado las elecciones, con más votos y escaños: «Está claro que solo el Partido Conservador y Unionista tienen la legitimidad y habilidad para aportar certidumbre y comandar una mayoría en los Comunes».

Recordó que hay dos retos encima de la mesa, que la obligan a intentar aportar «estabilidad»: el Brexit, que confirmó que comenzará a negociarse en diez días, y la seguridad, en plena crecida del terrorismo yihadista. Anunció nuevos poderes para la policía para combatirlo, algo que ya había repetido en campaña.

May incluso dejó ver su intención de completar los cinco años de legislatura. Pero es indudable que a medio plazo surgirán voces críticas en su partido. Cuando llegó al poder en julio del año pasado, llevó a cabo una drástica purga de cameronistas. Hay muchos malheridos en las cunetas de Westminster, pero todavía vivos, con ganas de vendetta. George Osborne, el que fuera mano derecha de Cameron, cesado por May y reconvertido ahora en director del influyente periódico gratuito de Londres, le lanzó ayer varios dardos: «Tenemos un Gobierno con oficina, pero sin poder». O este otro: «May podría ser uno de los primeros ministros más breves de la historia».

Ruido de cocina

Hay mucho ruido de cocina, sobre todo entre quienes han perdido su escaño. Mucho malestar por la sumisión de la primera ministra a sus jefes de gabinete, la periodista Fiona Hill y su gurú personal, Nick Timothy, autor de un errado programa electoral, que no ha leído bien la sensibilidad del público y ha restado muchos votos. Ambos acompañan a May desde su etapa en Interior y trabaja con ellos en medio de un gran secretismo. «Tienen que salir por la puerta del Número 10 y no volver jamás», decían los caídos tories en la vigilia de los pesares.

May, por lo pronto, acometerá hoy una remodelación de su Gobierno, una manera de reaccionar. Ayer confirmó a sus cinco pesos pesados: Boris Johnson sigue en Exteriores, Amber Rudd en Interior, Fallon en Defensa y David Davis como ministro jefe negociador del Brexit. También ratificó al ministro de Economía, Philip Hammond, con quien no se lleva especialmente bien y que es detestado por los tories eurófobos por su realismo económico.

May se ha puesto la coraza hierática, pero es indudable que algo tiene que cambiar. Aunque sea, como decía Tomasso de Lampedusa, para que nada cambie.

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