El presidente de Portugal disuelve el Parlamento antes de convocar elecciones anticipadas

Es la consecuencia del rechazo a los Presupuestos Generales del Estado, gran derrota del Gobierno socialista

EFE / Vídeo: EUROPA PRESS
Francisco Chacón

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Fue en el fortín de la Ciudadela de Cascais, a 38 kilómetros de Lisboa, donde el Consejo de Estado se reunió y… decidió la disolución inmediata del Parlamento de Portugal, paso previo imprescindible para la convocatoria de elecciones anticipadas.

Es la secuencia que sigue al rechazo de todos los partidos a la propuesta del Gobierno socialista para intentar sacar adelante sus Presupuestos Generales del Estado para 2022. Como el gabinete del primer ministro, Antonio Costa, no lo consiguió, los acontecimientos no hacen más que precipitarse con tal de no demorar demasiado la crisis política en ciernes.

El presidente de la República, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, ya advirtió que no se iba a andar por las ramas porque «Portugal no puede permitirse continuar si no se manifiesta el consenso».

Este jueves, día 4 de noviembre, es cuando se espera que anuncien oficialmente los comicios y, a medida que pasan las horas, gana fuerza la posibilidad de que se celebren el 30 de enero.

Y es que el Ejecutivo socialista ha quedado en una situación comprometida, pues ha sido abandonado a su suerte tanto desde el flanco de la derecha como desde el lado contrario, con los comunistas y el Bloco de Esquerda como verdugos sin piedad en un plan para dejar al descubierto la fragilidad del Partido Socialista, que se encontraba a solo ocho votos de la mayoría absoluta pero ha sido incapaz de salvar esta corta distancia.

El terremoto, por tanto, no se hizo esperar en S. Bento, la sede gubernamental y las sacudidas no dejan de producirse. De manera que los portugueses contemplan atónitos cómo el edificio de la concordia se ha convertido en un polvorín político en el que todos buscan reubicarse.

La insólita convergencia de la izquierda y de la derecha , impensable en España, se ha prolongado hasta el punto de considerar en conjunto que tal vez el primer ministro no deseaba mover demasiadas piezas en la mesa de diálogo porque su meta final era perseguir la mayoría absoluta que se le escapó por poco en las elecciones de 2019 (lograron 108 escaños, cuando el umbral para no depender de sellar acuerdos puntuales está en 116 diputados en la Asamblea de la República).

Quizá sí, quizá no. Todo es posible en el tablero político portugués. Un escenario en el q ni el PCP ni el Bloco dieron su brazo a torcer. Ahora ellos y las demás formaciones aguardan que se abran nuevas puertas.

La guerra de fechas se desató en toda regla. El PSD y el CDS solicitaban más tiempo para reestructurarse, incluso en su seno estallaban las contradicciones entre quienes se hallan en la actual dirección y los aspirantes que aglutinan nuevas fuerzas.

Unos preferían poco después de la Navidad, otros más cerca del carnaval. Unas reclamaciones un tanto pueriles, por no decir estériles porque Rebelo de Sousa ya sabe en qué consiste su cometido, especialmente porque ejerce en su segundo mandato consecutivo.

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