Los forenses trabajan en el lugar donde tuvo lugar la explosión
Los forenses trabajan en el lugar donde tuvo lugar la explosión - EFE

La Policía china sospecha que un perturbado se inmoló en la explosión ante una guardería

Ya hay ocho muertos y 65 heridos en este ataque, que apunta a una venganza de un desequilibrado y no a un atentado terrorista uigur

CORRESPONSAL EN PEKÍN Actualizado: Guardar
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Un suicida causó la explosión de ayer a las puertas de una guardería china, que dejó ocho muertos y 65 heridos en Xuzhou, en la provincia oriental de Gansu. Según informa este viernes el «Diario del Pueblo», altavoz del régimen, la Policía ha identificado a un sospechoso que se inmoló con una bomba casera. A tenor del portal de noticias Hong Kong Free Press, el Ministerio de Seguridad Pública apunta a un sospechoso de 22 años apellidado Xu y con problemas mentales. En una habitación que había alquilado cerca de la guardería, los investigadores han encontrado los materiales con los que montó el artefacto y, además, unas pintadas en las paredes con las palabras «morir» y «destruir».

Estas pistas parecen descartar la hipótesis de un atentado terrorista y señalan a la acción de un perturbado, como ha ocurrido en otras ocasiones en China.

En mayo, el chófer de un autobús escolar en la provincia oriental de Shandong se prendió fuego, con once niños y el profesor dentro del vehículo, porque no le habían pagado las horas extra. Durante los últimos años han proliferado los ataques contra colegios y guarderías. Apuñalando niños, que son los más débiles e indefensos, los agraviados por alguna injusticia se vengan de la sociedad de la forma más ruin y cobarde.

En enero, un hombre armado con un cuchillo de cocina hirió a once niños en una guardería al sur de China. El año pasado, en febrero, otro asaltante apuñaló a diez escolares en el patio de un colegio en la isla de Hainan antes de suicidarse. Y, en 2014, un padre colérico porque una escuela no había admitido a su hija mató a navajazos a un profesor y tres alumnos de dicho centro.

Un acto criminal

En un primer momento, la Prensa oficial china informó de que la explosión en la guardería de Xuzhou había sido provocada por una bombona de gas que estalló en un puesto de comida callejera cercano. Pero un equipo de investigadores enviado al lugar del suceso, y dirigido por el viceministro de Seguridad Pública, Huang Ming, ha asegurado que se trata de un «acto criminal».

En ese caso, una de las opciones que se barajaba era que se tratara de un atentado terrorista uigur, la etnia musulmana de la vecina provincia de Xinjiang que aspira a la independencia. Pero los ataques de dichos grupos integristas suelen ir dirigidos contra comisarías de policía, puestos de control del Ejército o estaciones de trenes, nunca contra escuelas ni guarderías. El hecho de que el sospechoso se apellide Xu, nombre de la mayoritaria etnia «Han», también parece descartar que la explosión sea obra de un terrorista uigur.

Difundidas por los medios chinos, las imágenes posteriores al ataque muestran numerosos heridos tendidos en el suelo a las puertas de la guardería. La explosión tuvo lugar el jueves por la tarde, cuando los padres esperaban la salida de sus hijos del centro. Dos de las víctimas murieron en el acto y las otras seis en el hospital al que fueron trasladadas, donde permanecen ingresados 65 heridos, ocho en estado crítico. A tenor de las autoridades, ningún niño ni profesor ha resultado herido ni muerto.

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