La Unión Europea prefiere descartar el uso de la fuerza

El espectro de la catástrofe en que se ha convertido Libia pesa mucho en Bruselas a la hora de evaluar la posibilidad de que se produzca una intervención militar externa para desbloquear la situación. La Unión Europea sigue apostando por una solución «pacífica y democrática lo que evidentemente excluye el uso de la fuerza», según dijo ayer la portavoz de la alta representante para la política exterior, Federica Mogherini. «Lo que está claro, desde nuestro punto de vista, es que necesitamos una solución pacífica, política y democrática para esta crisis, lo que evidentemente excluye el uso de la fuerza».

La Comisión insiste en sus llamamiento al régimen dictatorial de Nicolás Maduro para que permita el acceso de la ayuda humanitaria y muestre «contención» en el uso de la fuerza para reprimir a la oposición. Pero en cuanto a la salida de la crisis, la UE insiste en que «los orígenes son políticos e institucionales, por lo tanto, la solución solo puede ser política. Reiteramos nuestro firme rechazo y condena a la violencia y a cualquier iniciativa que pueda desestabilizar aún más la región», según una declaración aprobada por los 28 países miembros, incluyendo a los que reconocen a Juan Guaidó como presidente interino.

La UE considera que Maduro ya no tiene legitimidad, pero mantiene su apoyo al llamado «grupo de contacto» que incluye a países que no piden la salida de Maduro del país y que por ahora no ha logrado tampoco ningún avance en la resolución de la crisis.