Periodistas mexicanos se reúnen para pedir seguridad

Ya ha pasado un mes desde que el reconocido periodista mexicano Javier Valdez fuera tiroteado en Culiacán, capital de Sinaloa el 15 de mayo. Sin embargo, las autoridades aún no han logrado dar con el paradero ni la identidad de los verdugos de Valdez ni de los otros seis periodistas asesinados en México en 2017, uno de los más sangrientos para la prensa desde 2012 en que comenzó a gobernar Peña Nieto.

Con el fin de reclamar justicia por sus compañeros asesinados, los trabajadores de los medios de comunicación mexicanos convocaron ayer la «Marcha No al Silencio», una manifestación que recorrió la capital desde el Palacio de Bellas Artes hasta la sede de La Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (Feadle).

Creada a finales de 2012, la Feadle es un organismo fundado para proteger la integridad de los periodistas que trabajan en México. Pero de 800 casos que ha investigado, sólo ha conseguido dar con los asesinos en tres ocasiones, lo que significa que más del 99% de los crímenes contra trabajadores de medios quedan impunes.

Recompensa

A lo largo de 2017, han sido asesinados ocho periodistas y uno todavía se encuentra desaparecido. Para tratar de solucionar estos casos, el gobierno mexicano anunció que pagará una recompensa de hasta un millón y medio de pesos (algo más de 80.000 euros) a quien otorgue información que ayude a esclarecer seis de estos crímenes, entre los que se incluye el de Valdez. Por algún motivo, las autoridades dejaron fuera los asesinatos de los reporteros Filiberto Álvarez y Ricardo Monlui, además del caso de Salvador Adame, quien está desparecido desde hace más de un mes. Aparte de la marcha que tendrá lugar en la capital, se convocaron también actos de protesta en Sinaloa, donde los compañeros en Ríodoce de Javier Valdez, quien fundó este medio, realizaron una manifestación en recuerdo de todos los desaparecidos y ejecutados en México. La marcha comenzó a las 17:00 hora local, la una de la madrugada en España, y sus asistentes fueron vestidos de blanco con el objetivo de mandar un mensaje de paz.