El Papa critica la política del Gobierno argentino: «No se puede vivir de subsidios»
Bergoglio, en el vídeo difundido, salió al paso de interpretaciones que tratan de difundir una imagen de él beligerante con los empresarios
El coloquio anual de IDEA, (Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina) contó con la participación, en remoto, del Papa. Francisco, en un mensaje grabado criticó la política de subvenciones del Gobierno de Alberto y Cristina Fernández. «Sólo pueden ser una ayuda provisoria», dijo. En su mensaje, desde el Vaticano, el Pontífice fue tajante: «No se puede vivir de subsidios», afirmó antes de plantear, «el gran objetivo es brindar fuentes de trabajo diversificadas» que permitan a todos «construir el futuro con el esfuerzo y el ingenio».
Bergoglio, en el vídeo difundido, salió al paso de interpretaciones que tratan de difundir una imagen de él beligerante con los empresarios. «Algunos me han hecho decir cosas que yo no sostengo», subrayó antes de mencionar ejemplos que no comparte como, «que propongo una vida sin esfuerzo o que desprecio la cultura del trabajo». Lejos de esa posición, en un gesto de compromiso con este «espacio de diálogo», en alusión a la organización que representa a más de quinientas empresas que producen en total el 50 por ciento del PIB del país, rescató «la noble vocación del empresario que busca con creatividad producir riqueza y diversificar la producción» para hacer posible «la generación de puestos de trabajo».
En su mensaje el Pontífice insiste, “no me cansaré de referirme la dignidad del trabajo. Lo que da dignidad es el trabajo… Es el camino de maduración y realización de la persona que da alas a mejores sueños”. Jorge Mario Bergoglio cerró su mensaje con una invocación: “Creo que el diálogo entre los empresarios y los trabajadores es no sólo indispensable sino también fecundo y prometedor”.
En Argentina existen centenar y medio de planes y programas sociales. De acuerdo al Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) unos 22 millones de personas reciben algún tipo de estos subsidios. Según esas mismas estimaciones, en menos de veinte años, esa cifra se multiplicó por diez. Ironías del destino, esa política insistente en lo que va de siglo, no ha evitado que a día de hoy la pobreza alcance el 45 por ciento de la población.
