Osama Bin Laden: el empresario saudí de la yihad global

Fundador de la red terrorista Al Qaida y principal arquitecto del 11-S

Imagen sin fecha del fundador de Al Qaida, Osama Bin Laden, en Afganistán AP
F.J. Calero

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Rico, visionario y fervoroso opositor del Rey Fahd, Osama Bin Laden (1957-2011) lideró durante dos décadas, como fundador de la red terrorista Al Qaida , la ideología que ha desafiado los valores de la democracia liberal, patrimonio de Occidente, tras el derrumbe de la URSS. Lo tenía todo para triunfar. Este empresario saudí bebió del legado de la corriente ideológica liderada por Sayyid Qutb como base intelectual de su conglomerado terrorista. Qutb satanizó en su obra «Jalones en el camino» a la sociedad occidental, a su juicio excesivamente individualista y en decadencia por sus faltas de valores religiosos, y a lo que llamaba «sociedades de la ignorancia» en los propios países árabe-musulmanes, que renunciaron a seguir las leyes de Alá para cumplir con el dictado de las potencias infieles. De otro teórico, Mohamed Surur, tanto el fundador de Al Qaida como su entonces número dos, el egipcio Ayman al Zawahiri, hoy líder de la organización y gran estudioso del islam, comprendieron que debían rechazar la supremacía del mandatario musulmán, si es corrupto, combatirlo como una obligación religiosa, y reislamizar las «sociedades de la ignorancia» . Para ello, atacar al enemigo lejano encarnado por EE.UU., maniatado por Israel, serviría para aunar al mundo musulmán maltratado por sus corruptos gobernantes.

El 3 de mayo de 2011 ABC abrió su portada con una de las grandes noticias del año: los EE.UU. de Obama habían vengado el 11-S con la caída de Bin Laden. Entre 1988 y 2011, la red de Al Qaida mató a cerca de 4.000 personas.

La influencia del salafismo en el Islam político y viceversa engendró una potentísima maquinaria para enviar voluntarios – Osama Bin Laden , entre ellos– por y para la yihad en Afganistán. Tras la salida soviética, EE.UU. retiró el apoyo económico a los campos de entrenamiento de los rebeldes, lo que provocó un odio encarnizado de Bin Laden hacia la superpotencia. Para el reputado islamólogo francés Gilles Kepel , la yihad («guerra santa») del fundador de Al Qaida, cuyo principal objetivo de los ataques era EE.UU. , «fracasó especialmente en Irak, pese al éxito de la red terrorista en los atentados del 11 de septiembre». Del 11 de Marzo, Bin Laden dijo que era «el castigo a España por sus acciones en Irak, Afganistán y Palestina» y por su complicidad con EE.UU.. Sostiene Kepel que ahora hay una tercera fase ideada por el hispano-sirio Setmarian , que comenzó en 2005, en la que la yihad ha situado en la diana a Europa por su cercanía a Oriente Próximo y también porque hay millones de jóvenes musulmanes con la nacionalidad europea.

A diferencia de Daesh y su «califa» Abu Bakr al Bagdadi , Bin Laden buscó ante todo el apoyo popular de los musulmanes; el califato era un sueño lejano.

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