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Los observadores europeos aluden a «graves fallos» en el referendo turco

Los dictámenes de la OSCE y del Consejo de Europa dicen que la consulta fue «desigual» y el recuento no se ajustó a las «normas de garantía»

CORESPONSAL EN BRUSELAS Actualizado: Guardar
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El referéndum sobre la reforma constitucional en Turquía ha desencadenado una oleada de reacciones de contrariedad en toda Europa. La idea de que Erdogan camina en dirección contraria a los valores europeos es la tesis más repetida y aunque en esta reforma no aparece nada referido al restablecimiento de la pena de muerte, que es el límite que todos los países e instituciones han señalado como infranqueable, el modo en el que se ha llevado a cabo el referéndum y las consecuencias políticas que se desprenden del resultado son vistas desde Europa como una mala señal. El síntoma más evidente ha sido el dictamen de los observadores electorales de la OSCE y del Consejo de Europa, que han señalado formalmente que el referéndum que ha decidido el reforzamiento de los poderes del presidente Erdogan no ha tenido lugar bajo condiciones de imparcialidad.

No es frecuente que una misión de observadores electorales haga un señalamiento tan drástico sobre un proceso electoral, tratándose de un país miembro del Consejo de Europa. Sin embargo, en este caso el jefe de la delegación de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, Cezar Florin Preda, ha dicho que la consulta ha tenido lugar «en un terreno desigual en el que los dos campos no han tenido las mismas oportunidades» y «ciertas modificaciones de última hora en el proceso del recuento de los votos han eliminado uno de los mecanismos de protección contra el fraude», en referencia a la decisión de aceptar los boletines de voto aunque no tuvieran el sello de la autoridad electoral. El Consejo de Europa es una organización de la que forma parte Turquía, que es, junto a Rusia y Ucrania, uno de los países que más querellas tiene que afrontar en el Tribunal de Derechos Humanos.

En cuanto a la Unión Europea, sus relaciones con Turquía se encuentran en un momento muy delicado y el referéndum sobre la reforma constitucional no parece que vaya a contribuir a mejorarlas. Por ahora, el comunicado emitido pero la Comisión Europea y firmado tanto por su presidente, Jean-Claude Juncker, la alta representante Federica Mogherini y el comisario encargado de la ampliación, Johanes Hahn, se hace eco de las inquietudes de los observadores y dice que espera que la puesta en práctica de los cambios constitucionales se llevará a cabo «a la luz de las obligaciones de Turquía como candidato a ser miembro de la UE y como miembro del Consejo de Europa». También le piden a las autopridades turcas que, teniendo en cuenta lo ajustado del resultado, emprendan el proceso con el «mayor grado de consenso posible».

Desde países como Bélgica y Holanda se han lanzado ya advertencias a Erdogan sobre el uso que pueda llegar a hacer del resultado y se han empezado a pensar en la posibilidad de limitar la posibilidad de mantener la nacionalidad turca a los emigrantes que han adquirido la de los países donde ahora residen.

Líneas rojas

Actualmente, la Comisión Europea había prometido a Turquía la exención de visado para sus ciudadanos a cambio de que Ankara colaborase en la gestión de los refugiados que huyen de la guerra de Siria, pero la legislación antiterrorista en vigor allí lo había impedido hasta ahora. Es muy probable que la reforma constitucional obligará a una nueva evaluación, lo que a su vez provocará una nueva reacción por parte de Erdogan.

Este mencionó ayer la posibilidad de convocar un referéndum sobre la adhesión a la UE, con la evidente intención de pedir a los turcos que voten en contra. Eso sin contar con la idea de otra votación sobre el restablecimiento de la pena de muerte que varios dirigentes europeos, entre ellos el presidente del Parlamento Antonio Tajani, se han apresurado a señalar como un asunto «preocupante» que se refiere a una clara «línea roja» para la UE

Las últimas tomas de posición de los principales partidos europeos son claras. El Partido Popular Europeo ya había pedido la congelación de las negociaciones de adhesión y entre los socialistas ya se han escuchado voces después de este referéndum diciendo lo mismo. La eurodiputada Elena Valenciano cree que el desarrollo del referéndum es «preocupante» y confirma que «Erdogan ha ido cerrándose las puertas de la UE».

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