Un grupo de congresistas conmemoran el 11-S este viernes junto al Capitolio
Un grupo de congresistas conmemoran el 11-S este viernes junto al Capitolio - AFP

Obama deberá elegir entre las víctimas del 11-S y Arabia Saudí

El presidente, decidido a vetar la ley que permite demandar al régimen por su implicación

Corresponsal en Washington Actualizado: Guardar
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El decimoquinto aniversario del 11-S, una fecha simbólica para las conmemoraciones de los ataques terroristas que el país vivirá el fin de semana, viene cargado de polémica. La Cámara de Representantes aprobó este viernes por unanimidad la ley que permitirá a los familiares de las 3.000 víctimas mortales demandar al Gobierno de Arabia Saudí, por su presunta implicación en el mayor atentado de la historia. Una prolongación del visto bueno que le dio en mayo el Senado, también de forma consensuada. Se trata de una larga reclamación de representantes de las víctimas, convencidos de las conexiones entre el régimen saudí y los yihadistas, 15 de los cuales, de los 19 que actuaron, tenían esa nacionalidad. La ley queda pendiente de la firma del presidente.

Pero Obama, que contempla futuros perjuicios para los intereses de Estados Unidos, está decidido a vetarla.

Hay evidencias de que miembros de los servicios secretos saudíes colaboraron con algunos secuestradores de los aviones

Políticamente, republicanos y demócratas no han dado lugar a la más mínima divergencia, pese a que entre el segundo grupo, minoritario en las cámaras, Obama pretendía forzar un cambio. La consecuente ola de denuncias contra el régimen saudí que vendrá tras la entrada en vigor del texto legal conllevaría dos amenazas para el país, a su juicio: enturbiaría las relaciones con uno de los países árabes moderados y aliado crucial en la lucha contra el yihadismo, y contra Daesh en particular, y sentaría un peligroso precedente para la nación, que podría ser objeto de ofensivas legales en los numerosos países en los que mantiene una activa presencia militar.

En unos años de continuo tira y afloja en torno al Congreso, el Gobierno de Arabia Saudí ya ha intentado que la ley no saliera adelante, incluida la amenaza de vender todas sus propiedades en Estados Unidos, que están valoradas en unos 750.000 millones de dólares.

No está probado

La tramitación de la ley, impulsada por el republicano Paul King, del estado de Nueva York, ha avanzado en paralelo a la investigación secreta de la presunta implicación del régimen saudí en los ataques del 11-S. Como se conoció al publicarse las 28 páginas del documento finalmente aprobado por la comisión del Congreso, a mediados de julio, no queda probado que el Gobierno del país árabe estuviera directamente implicado en los ataques.

Sin embargo, sí hay evidencias de que miembros de los servicios secretos de Arabia Saudí colaboraron con algunos secuestradores de los aviones utilizados en los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono.

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