«Se necesitan más de 20 botellas de aire por cada rescate»

El teniente de navío y profesor en la escuela de buceo de la Armada, Ignacio Llanos, explica a ABC los riesgos que tienen este tipo de operaciones de salvamento donde están involucrados infantes

Personal de la Marina tailandesa carga tanques de oxígeno durante las operaciones de rescate EFE

Gabriela Ponte

Después de un segundo día de rescate , donde los buzos expertos han sacado satisfactoriamente a cuatro niños más de los doce que se encuentran junto a su entrenador en el interior de la cueva Tham Luang de Tailandia , el teniente de navío y profesor en la escuela de buceo de la Armada, Ignacio Llanos , (33 años) explica a ABC los riesgos que tienen este tipo de operaciones de salvamento donde están involucrados infantes. «Cada rescate tiene sus vicisitudes y entresijos. No existe un protocolo a seguir, incluso las labores pueden cambiar en cualquier momento», comenta Llanos y agrega que los niños «están siendo rescatados de uno de los ambientes más peligroso del mundo».

Según este joven teniente calcular la cantidad de botellas de aire que se necesita es arriesgado porque depende de muchos factores como la profundidad a la que se bucea o la presión con la que sale el aire. «Un buzo puede ir con el orden de 7 a 8 botellas y son dos expertos más el niño», comenta Llanos. Por lo que se necesitarían más de 20 botellas de aire por rescate.

Ignacio Llanos explica dos cosas que van en contra de los rescatistas, el primero es la exigencia que implica el espeleobuceo - buceo en cavernas subacuáticas - ya que es el más complicado y arriesgado de la disciplina. «No hay una vía de escape a la superficie. Durante toda la inmersión tienen un techo de piedra sobre la cabeza así que cualquier situación que se les presente la tiene que solventar in situ», dice.

La segunda dificultad es el buceo con infantes. Llanos considera que es muy importante diferenciar que «se está rescatando a niños buceando, no es que se les está enseñando a bucear». Asimismo agrega que los buzos que están participando en el rescate tendrán cientos de inmersiones en mar adentro y por eso son expertos.

El teniente señala que el suministro de botellas de aire también se convierte en una complicación. «Llenar una botella de aire comprimido no tarda nada, pero colocarlas a lo largo del trayecto les toma aproximadamente 10 horas», asegura. Para él, no es una actividad fácil y cita como ejemplo el trágico fallecimiento del buzo que se quedó sin aire.

«Estoy convencido de que llevan suministro de sobra para sacarles. ¡Han hecho una operación magistral!», finalizó.

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