El expresidente español y el mayordomo «pobre que nunca fue chavista»

Una votante denuncia que familiares muertos figuran como si hubieran votado en estas legislativas en un colegio electoral de Caracas

Corresponsal en Caracas Actualizado: Guardar
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José León trabaja de mayordomo en el Country Club, la zona más exclusiva de Caracas. Se topa por las mañanas con el expresidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, que sale a correr por los campos de golf desde que el pasado miércoles llegó a Venezuela invitado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) para observar como «acompañante» las elecciones parlamentarias. «Nos pidió que le tomáramos una foto con nosotros con su traje de corredor», dice León, mostrando orgulloso la foto con el exmandatario español. «Me comentó que Venezuela no debería estar así de arruinada, siendo un país tan rico», agregó.

León, de 74 años, sostiene en sus brazos a su nieto de 10 meses.

Nació en el barrio de Pedregal y adora al líder opositor Leopoldo López, que vota en el mismo colegio electoral, J. M. Siso Martínez. Enfrente está la escuela la Guánchez, que el exalcalde de Chacao convirtió en un moderno instituto para el barrio humilde de Pedregal. León confía que ha votado por la Unidad Democrática. «Soy pobre pero nunca fui chavista ni creo en su revolución».

Después de votar, Arelys Robles de Díaz, de 64 años, sale indignada del centro educativa Siso Martínez, lanzando pestes sobre el sistema electoral. «Mi marido, Pedro José Díaz, titular del carné de identidad 3229035, murió hace mes y medio; me asusté mucho porque aparece que este domingo ha votado en este centro». Arelys tuvo curiosidad por verificar si en verdad los muertos votaban o era una leyenda. «Revisé la lista y pregunté en la mesa por mis familiares y aparece que han votado. También mis dos hermanas muertas hace dos años: Leidys María Robles y Moraida Noemi Chan, aparecen en los cuadernos» de los que ejercieron su derecho al voto. Arelys Robles dijo que denunció este caso de los muertos votantes ante representantes del Consejo Electoral Nacional y le respondieron que acudiera a la sede del CNE a hacer la denuncia, porque «ellos no podían hacer nada».

Aury León, de 29 años, trabaja en la administración pública y vota en el Pedregal. Cuenta que sus superiores presionan a los empleados públicos. «Piden que vayamos a las marchas chavistas y pasan lista. También a los que se benefician de becas, viviendas o la promesa de tenerlas, puesto de trabajo o de estudio en los organismos públicos, presionan para que voten por los chavistas». Su percepción es más pesimista, cree que el chavismo ganará las legislativas como en anteriores ocasiones por la cantidad de trampas y chantajes que imponen a los electores.

En la barriada 23 de enero

A diez kilómetros de Pedregal, en la populosa barriada 23 de Enero, tradicionalmente bastión chavista, se siente un silencio sepulcral en la denominada Aldea Universitaria Manuel Palacio Fajardo, donde votaba el fallecido presidente Hugo Chávez, que murióen 2013. Frente al colegio electoral, que antes se llenaba de largas colas de votantes, había un punto rojo: una mesa y varias sillas de plástico bajo un toldo rojo, donde chavistas «patrulleros» llevan la lista de los votantes que se han registrado con el «1x10» para recibir alguna beca, electrodoméstico o vivienda. Ese «1x10» consiste en que cada beneficiario debe llevar 10 personas al centro de votación. Con escaso éxito porque a las 14,30 horas de la tarde solo habían acudido dos personas.

En el centro electoral del difunto Chávez se presentó la caravana de vehículos blindados y fuertemente escoltada del vicepresidente, Jorge Arreaza, quien también votaba en esa escuela. Una electora le espetó a la cara del vicepresidente: «Vota a la izquierda, abajo en la esquina con la manito», la papeleta de la oposición. En el bastión chavista 23 de Enero la mayoría de los ciudadanos decidieron abstenerse, lo que favorece a la oposición.

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