Muere una niña migrante de siete años deshidratada bajo custodia de EE.UU.

La Casa Blanca rechaza cualquier responsabilidad y culpa al padre por cruzar ilegalmente

Parte de la caravana de migrantes que tratan de llegar a Estados Unidos REUTERS

David Alandete

Una niña guatemalteca de siete años murió la semana pasada por deshidratación, bajo custodia de la Policía de fronteras de Estados Unidos, después de haber entrado ilegalmente en el país junto a su padre dentro de un convoy compuesto por 163 inmigrantes. La respuesta de la Casa Blanca ayer fue negar cualquier responsabilidad y pedir al Capitolio que tome medidas urgentes para desincentivar con leyes el cruce de «sin papeles» por el desierto.

El convoy con el que viajaba la niña se entregó a las autoridades la madrugada del 6 de diciembre en Nuevo México . Sus integrantes estuvieron bajo custodia de la Policía ocho horas, durante las que la niña padeció convulsiones y fue trasladada en helicóptero a un hospital en El Paso, Texas, donde murió. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos admitió ayer que la menor no había comido ni bebido agua en días.

La duda, a la que no respondieron las autoridades ayer, es cuándo se dieron cuenta los agentes de que la niña estaba enferma y por qué tardaron ocho horas en evacuarla a un hospital. Los activistas a favor de los derechos de los inmigrantes han denunciado la insalubridad de las celdas donde son retenidos los inmigrantes irregulares mientras esperan a ser deportados o admitidos en EE.UU. para solicitar asilo.

La reacción de la Casa Blanca este viernes fue de una inusual dureza y frialdad ante un caso tan dramático como el de la muerte de una niña. Según dijo a la prensa uno de los portavoces de la Casa Blanca, Hogan Gidley, «¿se hace responsable esta administración de que un padre se lleve a su hija a cruzar México a pie para entrar en este país? No».

Luego, Gidley añadió que estos problemas «acabarían si el Congreso aprobara leyes de sentido común que disuadan a la gente de venir a cruzar la frontera». Los demócratas tomarán en enero el control de la Cámara de Representantes, y Donald Trump ha amenazado con paralizar el Gobierno si estos no aceptan financiar un muro en la frontera con México.

La Unión Americana de Libertades Civiles, una organización no gubernamental, pidió este viernes al Gobierno una «investigación rigurosa» ante lo que considera «una patente carencia de transparencia y una cultura de crueldad en el trato por parte de los agentes de fronteras».

Acampados en Tijuana

En octubre se formaron en Centroamérica varias caravanas con miles de emigrantes que cruzaron México y están intentando entrar en EE.UU. para pedir asilo. Muchos de ellos han acampado en Tijuana, a la espera de poder cruzar.

El avance de esa ola de inmigrantes coincidió con las elecciones parciales de EE.UU. , durante las cuales Trump ordenó el despliegue de 6.000 soldados en la frontera , añadidos a 2.000 que ya había allí.

Aunque, ante las críticas, la Casa Blanca dijo en junio que acabaría con la práctica anterior de separar de sus padres a los niños «sin papeles», desde aquel mes ha asumido la custodia temporal de 81 menores. La mayoría acaba en un campamento recientemente construido en la frontera de Texas con México, también criticado por las organizaciones humanitarias.

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