El rey de Tailandia, junto a su esposa, en una imagen de 2015
El rey de Tailandia, junto a su esposa, en una imagen de 2015 - EFE

Muere Bhumibol de Tailandia, el monarca de reinado más largo del mundo

En el trono desde 1946, ha fallecido hoy a los 88 años después de un largo deterioro de su salud

Corresponsal en Rangún Actualizado: Guardar
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Bhumibol Adulyadej, monarca superviviente a 19 constituciones y a una decena de golpes de Estado en Tailandia, ha fallecido a los 88 años de edad. Conocido como Rama IX (noveno representante de la dinastía Chakri), Adulyadej accedió al trono el 9 de junio 1946, tras la muerte de su hermano, el rey Ananda Mahidol, en un extraño incidente armado. A pesar del deterioro de su salud en los últimos años, la figura de Rama IX ha sido reverenciada de forma casi unánime por la nación.

En este sentido, la participación directa de Adulyadej en la resolución de cierto número de crisis ha sido determinante para su popularidad. A ello se unen las leyes de «lesa majestad», que castigan cualquier crítica a la monarquía con hasta 15 años de prisión.

Éste es el caso del conocido como «mayo sangriento de 1992». Entonces, durante los violentos enfrentamientos entre simpatizantes del general golpista Suchinda Kraprayoon y el líder de las protestas, el general retirado Chamlong Srimuang, el monarca hizo un llamamiento público al fin de los combates.

Las imágenes televisivas del 20 de mayo de 1992, con ambos líderes políticos arrodillados ante el rey Adulyadej fueron un decisivo golpe de efecto para el cese de los enfrentamientos. «La nación es de todos, no de una o dos personas específicas. Los problemas existen porque no hablamos los unos con los otros y los resolvemos de forma conjunta. Los problemas surgen de la "sed de sangre"», apeló el monarca a ambos líderes. Posteriormente, el general Suchinda anunciaría una amnistía a los manifestantes.

Sin embargo, la salud del monarca, nacido en Cambridge (Massachusetts, EE.UU.), donde estudiaba su padre, se ha visto deteriorada en los últimos años, después de haber sido ingresado por una infección pulmonar en septiembre de 2009. De forma paralela, las fuerzas marciales han visto incrementadas su poder en el país.

El pasado mes de agosto, el 61% de los electores daba luz verde al proyecto constitucional de la junta militar en Tailandia, que afianza a los militares en el poder.

En este sentido, el proyecto de constitución permite a los militares y a sus aliados designar «legalmente» gobiernos futuros. Una cuestión que agrava el peso político logrado por las fuerzas armadas en la últimos años. Más aún, tras el golpe de 2014. Esto permitiría a la cúpula marcial ejercer un estrecho control sobre el poder y supervisar la sucesión del rey Adulyadej, cuyo legado será, de forma previsible, continuado en el príncipe Maha Vajiralongkorn.

«La nueva constitución prolongará la autoridad y el poder del NCPO (Consejo Nacional para la Paz y el Orden, nombre oficial del Gobierno marcial)», denunciaba entonces a ABC Rangsiman Rome, líder del Movimiento Nueva Democracia, un grupo de activistas opositores a la junta militar, en la jornada previa a las votaciones.

El activista, por ejemplo, ha sido acusado de apoyar al exprimer ministro Thaksin Shinawatra, quien fuera depuesto por el ejército en 2006 y ahora en el exilio para evitar cargos de corrupción en Tailandia.

Thaksin, cuyo movimiento es conocido por los «camisas rojas» -en oposición a los «camisas amarillas» de sus rivales Alianza Popular por la Democracia-, continúa gozando de gran estima entre las clases populares. Sobre todo, en las zonas rurales. A pesar de ello, sus críticos culpan al exprimer ministro de enriquecerse a expensas del estado. De igual modo, ciertos sectores acusan a Thaksin de haber socavado la institución de la monarquía (acusaciones que éste niega). «Tenemos que superar la mentalidad de “camisas rojas” y “camisas amarillas”», reconocía Rome. «Si seguimos divididos, solo beneficiará al Ejército», añadía.

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