Mostar pone a prueba la reconciliación de croatas y bosnios en sus primeras elecciones en doce años

Escasa participación y deficiencias en las listas censales, según los observadores, en la histórica jornada

Una mujer deposita su voto en un colegio electoral de Mostar este domingo Reuters

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Han pasado 25 años desde el Acuerdo de Dayton y estas elecciones al consejo municipal de Mostar , la ciudad símbolo de la ruptura entre croatas católicos y bosnios musulmanes , son consideradas una prueba de superación de los nacionalismos en Bosnia. La pandemia, sin embargo, ha tenido como consecuencia una participación sorprendentemente baja y, según informan los medios locales, solo el 17% del electorado había acudido a votar a mitad de la jornada electoral.

Durante su visita a Mostar, el presidente de la Comisión Electoral del Estado de Bosnia, Željko Bakalar , ha declarado que «las elecciones transcurren sin incidentes», aunque los observadores de la organización no gubernamental «Unter der Lupe», que supervisan el proceso electoral en 150 colegios electorales con 240 voluntarios, no comparten esa misma opinión. En 142 colegios, los padrones electorales no coinciden con los que la ONG había recibido de la comisión electoral estatal, ha denunciado Dario Jovanović esta mañana en rueda de prensa. Los nombres de unas 4.000 personas faltarían en los padrones electorales sin que hayan recibido una justificación satisfactoria a esa ausencia.

Se trata de las primeras elecciones locales en Mostar desde 2008, cuando el tribunal constitucional declaró la normativa discriminatoria. Desde entonces, croatas y bosnios no se habían puesto de acuerdo en unas nuevas reglas, un bloqueo que había derivado en el deterioro de servicios públicos como la recogida de basuras o el transporte público.

Las medidas de seguridad sanitaria sí se han cumplido, pero los votantes no han acudido y apenas se han formado colas en los colegios electorales, a pesar de que las encuestas avanzaban que la participación sería alta. Quizá la característica principal de estas elecciones es que casi cada votante conoce personalmente a uno o varios de los candidatos, porque se eligen 35 miembros del consejo municipal y se presentan 370 candidatos , nominados por 31 partidos y alianzas diferentes, en una ciudad de unos 100.000 habitantes.

Según las reglas electorales acordadas en junio, se eligen 13 consejos municipales en tres distritos croatas y solo nueve en tres distritos bosnios. Otros 13 concejales son elegidos de la lista uniforme de ciudades. Y finalmente habrá un prorrateo porque, de acuerdo con las complicadas reglas electorales, ninguno de los tres pueblos nacionales bosnios (bosnios, croatas y serbios) debería tener menos de cuatro representantes y no más de quince en el nuevo consejo municipal. Además hay un puesto en ese consejo municipal reservado para grupos minoritarios. Solo 13 de los 35 concejales de la ciudad son elegidos mediante representación proporcional, los demás a través de seis distritos electorales.

El viejo puente de Mostar Reuters

Los croatas representan alrededor del 48% de la población de la ciudad, los bosnios representan alrededor del 44% y los serbios el 4,2%. En comparación con el último censo anterior a la guerra en 1991, Mostar tiene actualmente alrededor de 21.000 habitantes menos.

Será la primera vez que los residentes de hasta 30 años de edad podrán votar en una elección local y resulta una novedad para la población esta sensación de que puede influir realmente en el curso de los acontecimientos. La celebración de estas elecciones ha sido posible gracias a un acuerdo entre el partido líder de los croatas de Bosnia, HDZ BiH, y el de los bosnios, SDA. Muchos votarán desde el extranjero porque, solo en el último año, 70.000 jóvenes de Bosnia y Herzegovina han emigrado a otros países de la Unión Europea y la mayoría de ellos son de Mostar. Y será también la primera vez que los nacionalismos pasan, al menos parcialmente, a ocupar un segundo plano electoral.

Una nueva generación

En los últimos años, ha surgido una nueva cultura no nacionalista, burguesa y proeuropea, especialmente en la parte oriental bosnia de la ciudad, así como en la capital Sarajevo y en el noreste de Tuzla, Una nueva generación de políticos ha fundado nuevos partidos y por todo Mostar hay carteles con la imagen de Irma Baralija, que hizo posible esta elección local al llevar el caso ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.

La hegemonía del partido SDA se ha agrietado, la alianza de los socialdemócratas y Nasa Stranka (Nuestro Partido) no es nacionalista y otros partidos pequeños también abogan por reunificar la gestión y administración de la ciudad. Incluso en la crisis del coronavirus no ha sido posible acordar un procedimiento uniforme a los dos lados del icónico puente Stari Most, que ha venido separando los dominios del partido nacional bosnio SDA el lado este, de influencia otomana, y del partido nacionalista croata HDZ en el lado oeste, mayoritariamente católico.

El líder del HDZ, Dragan Čović , cuenta con el apoyo masivo de Croacia y se ha aliado con el líder nacionalista serbio, Milorad Dodik . Ambos temen el surgimiento de fuerzas no nacionalistas en Bosnia Herzegovina, lo que amenazaría su gobierno, debido a que muchos jóvenes croatas han abandonado la ciudad y ha perdido significativamente voto joven. Dodik ha hecho campaña en la ciudad, tratando de convencer a los serbios, el 20% de la población antes de la guerra, de votar por el HDZ croata. Sin embargo, es cuestionable si esta maniobra tendrá éxito porque los serbios que han regresado temen el nacionalismo croata y se han asentado mayoritariamente en la parte oriental bosnia.

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