El extraordinario resultado electoral del partido antiinmigrantes de Austria -que estuvo a punto de ganar la presidencia- revela el miedo de muchos a perder sus trabajos por la llegada de los extranjeros, y no el temor a perder el modelo de vida europeo. Las raíces cristianas de Europa, recuerda Francisco de Andrés , subrayan a lo largo de la historia la apertura solidaria hacia los que padecen hambre o persecución, algo que no aparece ni por asomo en el partido FPO.
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