Menores detenidos en Cuba por el 11-J: «Lo único que me importaba era sacar a mi hijo de ese infierno»

Madres de menores condenados o en espera de juicio por participar en las manifestaciones del pasado verano en Cuba relatan su calvario a ABC

Cuba impone condenas de hasta 25 años de cárcel a los manifestantes de las protestas del pasado julio

La legalización de la represión en Cuba

Jóvenes se manifiestan en La Habana el 11 de julio de 2021 EFE

Camila Acosta

«A mi hijo lo detuvieron el 13 de agosto del año pasado, supuestamente se lo llevaron para una entrevista, pero estuve más de dos meses sin verlo. Desde ese día comencé a vivir una pesadilla; a la semana ya lo estaban acusando de por lo menos tres cargos: desorden público, propagación de epidemias y atentado», relata a ABC Bárbara Farrat Guillén , madre de Jonathan Torres Farrat , joven de 17 años que fue detenido por participar en las protestas del 11 de julio de 2021 en Cuba . «Al ver que estaba el Gobierno manipulando la situación –continúa–, al no ver esperanzas de justicia, decidí recurrir a las redes y a las organizaciones para denunciar, buscando apoyo y visibilidad. Hoy mi hijo está en casa, liberado bajo fianza, pero esto no ha acabado», asume.

Durante los meses que su hijo pasó detenido, Bárbara pasó «momentos muy difíciles». Recuerda cómo en una ocasión lo llevaron «esposado de manos y pies a un hospital pediátrico» pues tiene problemas en el corazón. «Ese día me llamó desde la prisión y me pidió que no denunciara más su situación de salud, que si su corazón aguantaba, bien, y si no, también, pero que él no soportaría de nuevo la humillación de que lo llevaran a un hospital de niños esposado, como un delincuente de los peores».

El caso de Jonathan fue denunciado por Prisoners Defenders (PD) ante el Comité Contra la Tortura y el Comité de los Derechos del Niño de la ONU. De los tres menores de edad sometidos a tratos crueles, inhumanos y degradantes, Torres Farrat es el que mayor número de torturas acumula.

Durante los más de ocho meses que permaneció en prisión, el adolescente fue privado de atención médica, del sueño, y de comunicación con su familia y defensa. En una ocasión permaneció más de 24 horas esposado, colgando de una reja y desnudo, en un cuarto frío; fue igualmente golpeado, confinado a una celda de castigo y obligado gritar consignas a favor del régimen.

«Todo esto me estaba matado poco a poco», confiesa Farrat Guillén. «Solo encontraba fuerzas en las denuncias y, pese a que la Seguridad del Estado comenzó a acosarme, detenerme y amenazarme para que me callara, sabía que no podía hacerlo, gritar por mi hijo era mi único consuelo como madre , el saber que de alguna manera ellos (la Seguridad del Estado) buscarían la manera de soltar a mi hijo para que me callara. Eso era lo único que me importaba, sacar a mi hijo de ese infierno».

Hoy Jonathan espera juicio en su casa, el fiscal ha pedido para él ocho años de privación de libertad. Antes de su excarcelación, los oficiales le advirtieron que, si daba alguna entrevista a la prensa independiente, sería devuelto a prisión.

PD registra actualmente 1.046 personas encarceladas en Cuba por motivos políticos, en su mayoría tras las protestas del 11-J. Del total, hay al menos 130 jóvenes, entre 13 y 21 años. De ellos, 37, con edades comprendidas entre los 13 y los 17 años, han sido procesados; y unos 23, sentenciados.

Por tirar piedras

Uno de estos menores es Erik Yoángel Héctor Plaza, de 14 años , condenado a un año de privación de libertad por «tirar piedras» el 11-J, explica su madre a ABC. «Él nunca fue un niño problemático, ni tenía antecedentes penales; no le hicieron juicio, en los menores es un proceso diferente. Lo visito todos los sábados, imagínate lo difícil que es para una madre ver a su hijo en esas condiciones». El adolescente se encuentra actualmente recluido en una Escuela de Formación Integral (EFI) , en la provincia de Matanzas. Las EFI constituyen centros de detención y reeducación de menores, administrados por el Ministerio del Interior.

En las últimas semanas, el régimen cubano excarceló a varios menores, entre ellos, Torres Farrat, Brandon David Becerra Curbelo y Rowland Castillo , ambos de 17 años y condenados a 13 y 18 años de privación de libertad, respectivamente.

«A mi hijo le cambiaron la medida, ahora debe cumplir cinco años de Trabajo Correccional Sin Internamiento (TCSI), de la casa a la escuela», explica Yanaisy Curbelo , madre de Brandon David.

El grupo de trabajo Justicia 11-J alerta que estas excarcelaciones evidencian una aplicación selectiva de la ley, pero que ello no apunta a «una supuesta rectificación de errores y avance en la causa de la liberación de los manifestantes de julio».

Uno de los casos más visibles, precisamente por las constantes denuncias de su madre, es el de Ángel Jesús Veliz Marcano , joven de 27 años de edad, condenado a seis años de privación de libertad por participar en las protestas del 11-J en Camagüey.

«El juicio fue una farsa, no se demostró nada, además de que mi hijo se manifestó pacíficamente y eso no es un delito. Mi vida se ha convertido en una pesadilla, insoportable en ocasiones. He sido amenazada por la Seguridad del Estado solo por denunciar y pedir justicia para mi hijo, soy constantemente vigilada», contó a ABC Ailex Marcano Fabelo, madre del joven.

Veliz Marcano ha llegado incluso a desarrollar una huelga de hambre como forma de protesta, también lo han llevado a celdas de castigo por sus denuncias. «Cuando estuvo en huelga de hambre fue el momento más difícil para mí, me sentía en un desequilibrio mental total, toda una tortuta para mi como madre», confiesa Ailex.

Coacciones y humillaciones

La madre declaró que tanto ella como su hijo han sido sometidos a constantes coacciones y humillaciones por parte de los órganos represivos cubanos. En abril, Marcano viajó a Ginebra y tuvo la oportunidad de denunciar la situación de los presos políticos en Cuba.

«Él es mi único hijo. No paro ni voy a parar de denunciar, todo es una injusticia. Necesitamos que se nos escuche , necesitamos ayuda internacional porque en este país no significamos nada ni tenemos derechos, ni siquiera como seres humanos», expresó.

Todos estos testimonios, y los más de cien presentados por varias ONG ante el Comité Contra la Tortura y el Comité de los Derechos del Niño de la ONU, fueron negados por la delegación de Cuba. No obstante, los representante del régimen no pudieron presentar pruebas que contradijeran las denuncias. Pocos días después, el régimen cubano comenzó a excarcelar a algunos detenidos, varios de ellos menores de 18 años, mediante cambios de medidas. Pero el daño ocasionado a las familias y a esos jóvenes tal vez sea irreversible.

«Mi hijo siempre fue un niño muy tranquilo y alegre -cuenta Bárbara Farrat-; pero me han entregado a otro muy diferente, casi no lo reconozco: casi no habla, no quiere salir de la casa y cuando lo hace tengo que ir con él, el primer día que comenzó a ir a la escuela me pidió que lo acompañara, en su propia casa pide permiso para abrir el refrigerador o para comer algo. Se siente muy inseguro, sigue siendo el buen muchacho que eduqué pero el trauma es evidente, al punto de que lo voy a llevar a un sicólogo para que lo ayude a procesar todo esto. Duele mucho todo esto, duele».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación