La medidas de Obama no hubieran evitado las principales matanzas en EE.UU.

Las históricas medidas para el control de las armas de fuego que ha impulsado Barack Obama resultan polémicas en medio del choque partidista con los republicanos. Pero, despejada la ideología, también están sujetas al análisis de los expertos, quienes, al menos en parte, cuestionan su efectividad.

No tanto para los casos de suicidios –nada menos que dos tercios del total– que, a su juicio, pueden reducirse, en especial con las revisiones más precisas de la salud mental que se pondrán en marcha. Es el punto en el que coinciden plenamente con el argumentario del presidente. Pero sí creen que los mayores controles, como la licencia obligatoria y la supervisión de historiales a todos los vendedores, no impedirán que los pistoleros obtengan las armas por terceros, sus amigos, familiares o conocidos.

Así ocurrió en las dos principales matanzas de los últimos años: la que acabó con la vida de veinte niños en la escuela de Sandy Hook en Newton (Connecticut), en 2012, que perpetró antes de suicidarse el joven Adam Lanza, con armas propiedad legal de su madre, y el tiroteo de San Bernardino, (California), protagonizado por un matrimonio radical islamista, Syed Farook y Tashfeen Malik, a quien un vecino amigo le había proporcionado el arsenal.

Charleston

Esta tesis está cercana a la de los republicanos, más escépticos. Aunque también reconocen que ha habido tiroteos en los que se demostró que los asesinos habían adquirido las armas directamente y no tendría que haber sido así. Como en el ocurrido en una iglesia de Charleston (Carolina del Sur), en junio de 2015, a cargo del joven Dylann Roof, de raza blanca, que acabó con la vida de nueve afroamericanos. La investigación concluyó que tendría que haberse evitado la operación de compra de armas, pero no se detectó a tiempo la irregularidad por errores y retrasos en el sistema. Según el estudio elaborado por Ap, en adelante se podrán evitar tiroteos como éste.

Mientras, como siempre que se llevan a cabo anuncios de control de armas de fuego, y más ahora que por primera vez va a ser realidad, su venta se está disparando. El pasado diciembre, conocida ya la intención del inquilino de la Casa Blanca, fue el segundo mes con mayores ventas de la historia, con hasta 1,6 millones de unidades. Sólo diciembre del año 2012, y precisamente tras el primer anuncio de Barack Obama a raíz de la matanza de Sandy Hook, fue más rentable para los vendedores, que colocaron dos millones. En cuanto a solicitudes de licencia para armas, el FBI registró 23,1 millones el pasado año.