Más de 150 muertos en Siria en una ola de ataques yihadistas contra civiles chiíes

Los atentados en Damasco y Homs fueron reivindicados por Daesh

ENVIADO ESPECIAL A DAMASCO Actualizado: Guardar
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Más de un centenar de muertos y heridos, destrucción, coches calcinados… El grupo yihadista Daesh golpeó en Homs y Damasco al mismo tiempo que el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, anunciaba un «acuerdo provisional» para el alto el fuego en Siria. El país despertó con las imágenes de una nueva carnicería en el barrio de Al Zahraa de Homs, bastión de la minoría alauí en esta ciudad que en 2011 recibió el sobrenombre de «cuna de la revuelta» contra Bashar Al Assad. Al menos 34 personas perdieron la vida y decenas resultaron heridas, según la agencia oficial Sana, cuando un conductor se inmoló contra un puesto de control del Ejército y poco después, cuando la gente trataba de socorrer a los heridos, un segundo coche explotó en el mismo lugar.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) elevó la cifra de caídos a 57, la mayoría de ellos civiles.

Este barrio ha sido atacado en varias ocasiones por los extremistas, la última el 26 de enero con otro doble atentado suicida que dejó 32 muertos. Los vecinos echaron a empujones al gobernador de la provincia, Talal Barazi, cuando intentó acercarse a ver los daños en primera persona. Al grito de «¡el pueblo quiere echar al gobernador!» la masa enfurecida obligó al político a subir a su coche y salir de allí, según se pudo ver en los vídeos subidos a las redes sociales por los propios vecinos. En el actual Homs solo queda el distrito de Waer fuera del control del Gobierno y hay en marcha una negociación con los grupos armados para que abandonen las armas o se vayan a la provincia de Idlib, tal y como ha ocurrido en el resto de la ciudad.

Golpe en la capital

En la oficina de prensa del Ejército, en la denominada «zona verde» de Damasco, los mandos leían informes con un ojo y con el otro no perdían detalle de las imágenes que ofrecía la televisión nacional. De fondo, la artillería castigaba Daraya, uno de los focos donde la oposición armada está más activa a las puertas de la capital. Para llegar a cualquiera de los frentes abiertos se necesitan permisos de las fuerzas armadas y se viaja en compañía de un militar de la unidad de comunicación del Ejército. Una red de puestos de control rodea la capital para evitar la entrada de coches bomba, el arma más importante con la que cuentan los opositores armados junto con el lanzamiento de morteros. Damasco sigue lo pasos de la Bagdad posterior a la invasión de Estados Unidos en 2003, acostumbrada desde entonces a convivir con la amenaza del terrorismo yihadista.

Pero la efectividad total en el control de coches bomba o de suicidas es imposible como se pudo ver horas más tarde, sobre todo cuando se tiene en frente a un grupo con una década de experiencia en este tipo de acciones. El modus operandi se repite, primero una explosión y después, cuando llegan los servicios de socorro, la segunda y, en ocasiones, una tercera. Después llegan los comunicados en las redes sociales para reivindicar las operaciones de los «soldados del califato» contra «infieles».

A 100 km de Raqqa

Con las imágenes de Homs circulando en medios y redes llegó la noticia de tres nuevas explosiones en Damasco. De nuevo Daesh reivindicó la acción, y de nuevo el barrio chií de Saida Zeinab fue su objetivo. Al menos 62 personas murieron —según la cifra de los medios sirios que precisaron que las explosiones coincidieron con la salida de los niños de las escuelas— en la operación llevada a cabo por «tres terroristas suicidas» en este lugar que alberga el santuario de la nieta del Profeta, lugar sagrado para la secta chií del islam custodiado por milicianos libaneses de Hizbolá. Como el barrio Al Zahraa de Homs, también Saida Zeinab sufrió otro ataque de similares características en enero y hubo 71 muertos.

Las últimas semanas han estado marcadas por el avance del Ejército al norte de Alepo y en Latakia, donde solo falta por recuperar una localidad para controlar de nuevo toda la provincia. Los medios oficiales insisten también en que, por primera vez, las tropas de Assad se han situado a tan solo 100 kilómetros de Raqqa, la capital de Daesh en el lado sirio del califato.

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