Ucrania decreta la ley marcial tras el ataque ruso a tres de sus embarcaciones

El presidente, Piotr Poroshenko, ha aprobado la medida, que todavía tiene que pasar por el Parlamento

Un coche de la Embajada rusa fue incendiado en Kiev Reuters / Vídeo: El impacto entre el navío ruso y el remolcador ucraniano que ha desatado tensiones entre ambos países

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La pasada noche cientos de personas se manifestaran frente a la embajada de Rusia en Kiev y el consulado en Lvov. Se arrojaron bengalas, botes de pintura y otros objetos contra las legaciones diplomáticas. Un coche de la embajada ardió en la capital ucraniana y en Lvov se quemaron neumáticos frente al edificio consular. En reacción a la ola de violencia, el presidente de Ucrania, Piotr Poroshenko , ha firmado este lunes un decreto para introducir la ley marcial durante 60 días, que todavía de la aprobación del parlamento.

Según fuentes rusas, el Ejército ucraniano bombardeó la noche del domingo al lunes con su artillería algunos barrios de Donetsk, ciudad en manos de las milicias separatistas prorrusas. Estos sucesos se producen después de que Rusia capturara el domingo tres navíos de la Marina ucraniana en el estrecho de Kerch e hiriera a seis tripulantes por disparos de las fuerzas especiales.

Reuniones de la UE, la OTAN y la ONU

Moscú, por su parte, acaba de reabrir el tráfico marítimo a través de Kerch, que fue cerrado ayer tras acusar a los buques ucranianos de haber penetrado ilegalmente en aguas territoriales rusas. La Unión Europea y la OTAN han pedido contención a las partes enfrentadas y los miembros de ambas organizaciones mantendrán sendas reuniones de urgencia para analizar la escalada en el mar de Avoz. Además, a petición de Rusia, este lunes tendrá lugar una reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para tratar la crisis.

Ucrania, que ha puesto su Ejército en estado de alerta , ha pedido ayuda internacional para defender su integridad territorial y contener a Rusia. Así reza en un comunicado del Ministerio de Exteriores ucraniano en el que se exige también a Moscú que devuelva los tres barcos apresados , amarrados actualmente en el puerto de Kerch, y ponga en libertad a sus tripulantes.

La crisis estalló el domingo por la mañana cuando tres navíos de la Armada ucraniana, las lanchas artilladas «Berdiansk» y «Nikopol» y el remolcador «Yani Kapu», que habían zarpado del puerto de Odessa, en el mar Negro, atravesaron el estrecho de Kerch con la intención de pasar al mar de Azov y llegar a Mariúpol, puerto en la parte de la región de Donetsk que controla Kiev.

Los tres barcos fueron denunciados por el Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB, antiguo KGB) por entrar ilegalmente en aguas rusas, al parecer, al no haber solicitado permiso. Ucrania, sin embargo, sostiene que sí informó a las autoridades rusas con la debida antelación. Lo cierto es que los navíos ucranianos no se detuvieron ante los requerimientos de los barcos guardacostas rusos y uno de ellos embistió al «Yani Kapu». La colisión causó daños en el casco y averió los motores del remolcador ucraniano.

Después, fuerzas especiales del FSB ruso abordaron las embarcaciones ucranianas, causando seis heridos con sus disparos . Las tripulaciones fueron arrestadas y los heridos enviados a un hospital de Kerch. Los tres barcos están también amarrados en el puerto de Kerch.

Desde que Moscú se anexionó Crimea, en marzo de 2014, no hay otra forma de cruzar el estrecho de Kerch que no sea atravesando la demarcación marítima rusa. En 2003, cuando Crimea todavía pertenecía a Ucrania, Moscú y Kiev firmaron un acuerdo que regula el tráfico marítimo a través del estrecho de Kerch y su utilización conjunta, pero la nueva situación de la península anexionada lo invalida prácticamente . Rusia lo aplica según un criterio que no comparte ni Ucrania ni los países de Occidente, en donde tampoco reconocen que Crimea sea rusa. Además, ahora mismo no se dan las premisas para que se pueda concluir un nuevo acuerdo.

Los puertos ucranianos de Mariúpol y Berdiansk, en el mar de Azov, llevan de facto bloqueados desde la pasada primavera. En Kiev están convencidos de que el objetivo del Kremlin es dañar todavía más su ya delicada economía y, sobre todo, «asfixiar» el normal funcionamiento de las localidades costeras de la región de Donetsk bajo control de Kiev impidiendo, mediante constantes inspecciones, registros y arrestos, la normal afluencia de barcos mercantes.

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