Lula da Silva, condenado a nueve años y medio por corrupción, durante un mitin esta semana
Lula da Silva, condenado a nueve años y medio por corrupción, durante un mitin esta semana - AFP

Manifestaciones en Brasil contra la condena a Lula

Para los sindicatos el expresidente está siendo víctima de una persecución

CORRESPONSAL EN SAO PAULO Actualizado: Guardar
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Movimientos sociales y centrales sindicales realizaron el jueves una protesta en defensa del expresidente Luiz Inácio da Silva, en la ciudad de Recife, capital de su estado natal, Pernambuco. Los manifestantes protestaron contra el presidente Michel Temer y el juez Sergio Moro, uno de los líderes de la Operación Lavacoches, que sentenció al político y puede llevarlo a perder sus derechos políticos, e incluso a prisión.

Lula, favorito en las encuestas a la elección del próximo año, fue condenado por Moro a 9 años y medio de prisión por corrupción pasiva y blanqueo de fondos, y está con sus cuentas y propiedades bloqueadas por la justicia brasileña, entre ellos, tres inmuebles, dos coches, y unos 165 mil euros, que tenía en bancos brasileños.

Desde la sentencia, Lula viene recibiendo apoyo de sectores de izquierda por todo el país, e incluso de fuera, como el expresidente uruguayo, José Mujica.

«Es un acto de resistencia en defensa de la democracia de la clase trabajadora. La mayoría de los trabajadores ve a Lula como el candidato a la presidencia que va a suspender todos las reformas cometidas por Temer», dijo el presidente de la Central Única de los Trabajadores (CUT), de Pernambuco, sobre las leyes que el actual Gobierno viene aprobando: la laboral, ya aprobada, y la pensiones, en trámite.

«Fue una condena sin pruebas, de un poder judicial que todos los días suelta criminales con pruebas», señaló el presidente del Partido de los Trabajadores (PT) de Pernambuco, Bruno Ribeiro, sobre lo que considera una persecución política.

El juez fechó para el 13 de septiembre el segundo interrogatorio del expresidente, para responder sobre el origen del edificio del Instituto Lula, y un piso vecino al suyo en São Bernardo do Campo, donde vive. Según Moro, ambos inmuebles fueron ofrecidos por la constructora OAS, a cambio de obras públicas. La audiencia será por videoconferencia para evitar gastos en infraestructura y seguridad.

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