Macron saluda a Hollande antes de su toma de posesión
Macron saluda a Hollande antes de su toma de posesión - AFP

Macron se compromete con un «gobierno de los mejores» al asumir el poder

El presidente, que ha sido investido en el Elíseo, pretende restaurar el protocolo con su mujer como auténtica primera dama

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Con la proclamación oficial y toma de posesión de Emmanuel Macron en el palacio del Elíseo, la jefatura del Estado francés modifica profundamente sus relaciones con la economía y la finanza internacional, con Europa, con la disciplina de la zona euro, con el modelo político nacional, con el ejercicio diario del poder supremo, con los medios de comunicación, incluso con el puesto de las mujeres en la Presidencia de la República.

Siguiendo un modelo propio, entre «antiguo régimen» y «vaticanista», el traspaso de poderes entre el presidente saliente, François Hollande, y el presidente entrante, Emmanuel Macron, se ha respetado un protocolo estricto. Macron llegó al Palacio del Elíseo poco después de las 10.00 horas para la ceremonia del traspaso de poderes con el jefe del Estado saliente.

Macron, que fue conducido en un Renault Espace blindado hasta el Elíseo bajo una ligera lluvia, fue recibido por Hollande en el patio, en el que se había desplegado una larga alfombra roja, informa EFE.

Recorrió con parsimonia las decenas de metros que hay entre la puerta del patio y las escaleras de acceso al edificio, mientras la Guardia Republicana le rendía honores. Los dos hombres se dieron un apretón de manos y, de acuerdo con el programa, subieron a un despacho para mantener una reunión durante la que el presidente saliente comunica al nuevo los códigos de las armas nucleares francesas y otras informaciones confidenciales.

En la calle de acceso al Elíseo se había colgado una pancarta con una imagen del presidente saliente y el mensaje: «gracias».

Una nueva página

El presidente electo y su esposa se instalarán en sus aposentos personales en el Palacio del Elíseo, y comenzará una nueva página en la historia de la V República francesa.

François Hollande fue elegido tras afirmar que su primer enemigo era la finanza internacional. Macron llega al Elíseo tras una brillante carrera como banquero de negocios en Rothschild & Cía., uno de los símbolos emblemáticos de la historia de la economía capitalista.

Hollande fue elegido prometiendo que renegociaría la austeridad y disciplina del pacto fiscal europeo. Macron ha sido elegido afirmando que la mejor manera de crear riqueza, a su modo de ver, es saneando las cuentas nacionales, respetando los compromisos europeos y favoreciendo la cultura empresarial. Hollande fue elegido como primer dirigente de un partido histórico, el Partido Socialista, que podía aspirar fácilmente a la mayoría gubernamental. El partido de Macron apenas tiene un año de historia, y ha decidido aliarse a un partido de centro para intentar conseguir la mayoría parlamentaria.

Vidas nada paralelas

El presidente saliente prometió una presidencia «normal» y consagró mucho de su tiempo a dialogar con periodistas amigos, a quienes filtró incontables chismes. Macron ha prometido restaurar la jerarquía de la función presidencial. Hombre muy cordial y con gran sentido del humor, no es amigo de las confidencias a su prensa adicta.

El líder socialista se hacía aconsejar, en el terreno económico, por un consejero de izquierdas (Aquillino Morelle, de origen español) y un consejero de derechas (el mismo Macron que hoy se instala en el Elíseo). Emmanuel Macron ha advertido de que vigilará personalmente todos los asuntos de Estado. Pero delegará en su primer ministro y su gobierno muchas decisiones.

Hollande se hundió y hundió a su partido por prometer una política de izquierdas (renegociar la austeridad europea), antes de tragarse las culebras del pacto fiscal europeo, precipitando su ruptura con las izquierdas. Macron ha prometido que intentará gobernar como el general De Gaulle, cogiendo lo mejor de la derecha, lo mejor del centro y lo mejor de las izquierdas.

El que hoy se convierte en expresidente llegó al Elíseo acompañado de una amante (Valérie Trierweiler) y se sentaba en el Consejo de Ministros acompañado de la madre de sus cuatro hijos, Ségolène Royal. Macron llega al Elíseo acompañado de su esposa, Brigitte, madre de tres hijos de su primer matrimonio con un banquero de provincias, abuela de siete nietos.

Hollande transformó el Elíseo en una suerte de teatro de vodevil con mucha salsa rosa chillón. Apenas a los dos años de su elección fue descubierto cuando se dirigía en moto, sin casco, hacia el lecho de su segunda amante, Julie Gayet. Durante el resto de su mandato presidencial, las relaciones nocturnas de la pareja Gayet-Hollande solo tuvieron una dimensión oficiosa. Ella entraba en el Elíseo por una puerta trasera.

Emmanuel Macron ha prometido que dará a su esposa el rango oficial de primera dama de Francia, con el fin de restaurar una figura esencial en el protocolo nacional y diplomático del Estado.

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