Lula saluda a los simpatizantes concentrados junto a su casa en el estado de Sao Paulo tras ser interrogado por la Policía
Lula saluda a los simpatizantes concentrados junto a su casa en el estado de Sao Paulo tras ser interrogado por la Policía - EFE

Lula entrará en el Gobierno de Rousseff, según la prensa brasileña

El expresidente, acosado por el escándalo «Lavacoches» conseguiría protección legal y se embarcaría en apuntalar a un Gobierno cuestionado por los escándalos y las protestas callejeras

SAO PAULO Actualizado: Guardar
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El expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva habría aceptado ser ministro en el Gobierno de Dilma Rousseff, según diversas informaciones periodísticas publicadas en las últimas horas. Los medios locales citan a fuentes anónimas que aseguran que Rousseff y Lula se reunirán el martes en Brasilia para tratar el asunto, pero este extremo na ha sido confirmado oficialmente.

Fuentes del gubernamental Partido de los Trabajadores citadas por la prensa brasileña aseguran que con este nombramiento se pretende fortalecer a un ejecutivo acosado por los escándalos de corrupción y las masivas protestas callejeras que en los últimos días han exigido la renuncia de la presidenta, aunque a nadie se le escapa que con su ingreso en el gabinete Lula consigue una protección legal extra ante el caso «Lavacoches», por el que el exmandatario fue detenido la semana pasada, ya que solamente el Tribunal Supremo podría actuar contra él.

Quedaría fuera del alcance del juez de la ciudad de Curitiba que hasta ahora instruye un caso que salpica a decenas de personalidades de la vida política y empresarial del país sudamericano.

Lula fue puesto en libertad tras horas de interrogatorio, pero los fiscales continúan investigando el ático de lujo en el que el antiguo sindicalista se alojó en el pasado y con el que sospechan que se le recompensó por contratos concedidos por la petrolera estatal, Petrobras, a empresarios corruptos. Él ha negado haber incurrido en ningún comportamiento ilícito y asegura ser víctima de una persecución política.

En 2010 Lula eligió a Rousseff como su sucesora en la presidencia y él mismo no había descartado volver a presentarse para el cargo en las elecciones de 2018, pero el PT va a tener difícil mantener el poder hasta esa fecha. Rousseff encara no solo el creciente rechazo de la calle a su gestión, sino también un proceso de destitución en marcha en el congreso por una supuesta manipulación de las cifras del déficit presupuestario. Ella ha asegurado que no piensa dimitir. Las informaciones publicadas apuntan que la labor fundamental de Lula en el Gobierno será la de negociar en el Parlamento para asegurar la estabilidad de un Ejecutivo al que la mayoría de los analistas perciben ahora totalmente desbordado.

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