Militantes de las Fuerzas Democráticas Sirias al norte de Raqqa
Militantes de las Fuerzas Democráticas Sirias al norte de Raqqa - REUTERS

Las luchas internas debilitan la ofensiva contra el Daesh en Siria

La liberación de Al Bab podría ser el paso previo a la implicación directa de Turquía en la ofensiva para tomar Raqqa, la capital del Daesh en el lado sirio del califato

Jerusalén Actualizado: Guardar
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Turquía dio un paso más en la ofensiva para limpiar su frontera de presencia de Daesh y atacó posiciones del grupo yihadista en Al Bab, su último bastión al noreste de Siria situado a medio camino entre Alepo y la frontera. Los aviones turcos alcanzaron 15 posiciones enemigas, según un comunicado del Ejército, y ofrecieron la cobertura necesaria para que las fuerzas del Ejército Sirio Libre (ELS), coalición de grupos opositores al gobierno de Damasco que cuentan con el apoyo de Ankara, llegaran a las puertas de Al Bab, que antes de la guerra tenía unos 60.000 habitantes.

El ELS tiene además apoyo directo de las fuerzas especiales turcas, convertidas en la punta de lanza de la operación «Escudo del Éufrates», lanzada a finales de agosto y que además del Daesh, tiene como objetivo acabar con la presencia en la frontera de las milicias kurdas de Siria, próximas al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

Este doble objetivo, unido a las fuertes diferencias entre los grupos que componen el ESL debilitan la lucha contra el califato. Esto no ocurre en la operación para recuperar Mosul, capital del Daesh en Irak, porque allí hasta el momento hay un estrecha cooperación entre iraquíes, kurdos y Estados Unidos, sin fisuras.

La liberación de Al Bab podría ser el paso previo a la implicación directa de Turquía en la ofensiva para tomar Raqqa, la capital del Daesh en el lado sirio del califato. Desde hace una semana las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), coalición de fuerzas kurdas y árabes encabezada por las Unidades de Protección Populares (YPG) kurdas, brazo sirio del PKK, lideran un avance que Ankara no ve con buenos ojos. Estados Unidos se enfrenta al dilema de ver a dos aliados regionales como los kurdos de las FDS y Turquía enfrentados cuando más necesaria es la unidad para acabar con el califato. Un dilema que se traduce en choques esporádicos hasta el momento, pero que podrían ir a más según aumente la implicación turca.

A este problema hay que sumar la pésima relación entre las facciones armadas sirias apoyadas desde Occidente y que luchan bajo la bandera del ESL. En las últimas horas hay enfrentamientos abiertos entre dos de los grupos más importante como el Frente Levante, agrupación salafista, y la Brigada Sultan Murat, compuesta por milicianos de etnia turcomana y que son los grandes protegidos de Ankara.

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