Líbano libera a la exesposa y a una hija del líder del Estado Islámico en un intercambio de presos

«Soy la exesposa de Abu Baker Al Bagdadi. Nos divorciamos hace seis años y ahora me voy a Beirut para volar rumbo a Turquía», estas fueron las declaraciones de Saja Al Dulaimi a la cadena Al Jazeera después de más de un año en prisión. La exmujer del actual califa del grupo yihadista Estado Islámico (EI) se convirtió finalmente en la «carta poderosa» de la negociación con los yihadistas sirios que esperaban las fuerzas de seguridad libanesas tras su detención hace un año en la frontera entre Siria y Líbano.

Al Dulaimi, junto a sus cuatro hijos, entre ellos una hija que tuvo con el líder del EI, encabezaron el grupo de presos que Líbano excarceló a cambio de la puesta en libertad de 16 miembros de sus fuerzas de seguridad que desde agosto de 2014 estaban en manos del Frente Al Nusra, filial de Al Qaida en Siria.

Como en anteriores secuestros, Catar hizo el papel de mediador entre las autoridades de Beirut y Al Qaeda en una operación en que la se liberó a trece prisioneros, entre ellos cinco mujeres.

Según informó el ministerio de Interior libanés en diciembre tras su captura, Dulaimi no es la actual esposa del máximo dirigente del EI, con quien apenas compartió tres meses de matrimonio. Fruto de esa unión nació una hija. La mujer habría estado casada antes con un funcionario del régimen de Irak, con quien tuvo dos hijos, y en la actualidad con un hombre de origen palestino, de quien es su última niña, nacida en junio durante los meses que ha permanecido en prisión. Además de los interrogatorios, tras su captura en la frontera con documentación falsa, la seguridad libanesa le practicó la prueba del ADN para confirmar que la niña es hija del califa, aunque los libaneses no aclararon de dónde obtuvieron el ADN del dirigente islamista para poder comparar los resultados.

Otros nueve militares

El primer ministro libanés, Tamam Salam, dio la bienvenida a los liberados y calificó su captura como un «acto terrorista contra la patria». La capital libanesa recibió a sus soldados y policías como auténticos héroes, pero Salam no olvidó que quedan «hermanos capturados» y que el próximo «gran objetivo» es conseguir también su puesta en libertad, en referencia a los nueve militares que permanecen en manos del EI, también desde agosto de 2014 cuando se produjo la gran operación de los yihadistas sirios en la ciudad fronteriza de Arsal en la que 19 soldados perdieron la vida.

Es la segunda vez que el Frente Al Nusra accede a un intercambio de estas características. En marzo de 2014 liberó a trece monjas y tres ayudantes del orfanato del convento de Santa Tecla de Malula después de cuatro meses de cautiverio y, según la televisión siria, a cambio de la puesta en libertad de 150 prisioneras de las cárceles del régimen sirio.