El líder del partido Die Linke. Oskar Lafontaine
El líder del partido Die Linke. Oskar Lafontaine - EFE

Lafontaine, el izquierdista con el que coquetea el SPD

Su oposición a las reformas de la Agenda 2010, que implementó el mismo canciller socialdemócrata Gerhard Schröder que le había nombrado ministro de Economía, le llevó a abandonar el cargo

CORRESPONSAL EN BERLÍN Actualizado: Guardar
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En El Sarre, su tierra natal, es Oskar a secas. En el resto de Alemania se le conoce porque fue el primer candidato socialdemócrata a la cancillería de la Alemania reunificada, contra Helmut Kohl, y porque su oposición a las reformas de la Agenda 2010, que implementó el mismo canciller socialdemócrata Gerhard Schröder que le había nombrado ministro de Economía, le llevó a abandonar el cargo y el partido, a fundar junto a los excomunistas de la antigua Alemania del Este una formación más radical, Die Linke (La Izquierda) y dejar así el voto de izquierdas dividido desde entonces.

El candidato del SPD (socialdemócrata), Martin Schulz, tanteó su alianza para arrebatar el poder a la CDU de Merkel en El Sarre.

Y le ha hecho varios guiños sobre la posibilidad de desmontar los recortes sociales de la Agenda 2010, acometida hace diecisiete años, con el objeto de propiciar una reunificación de la izquierda.

Desde que se casó con Sahra Wagenknecht, actual presidenta del grupo parlamentario de Die Linke y 26 años menor que él, ha descendido el nivel de agitación que aportaba a la política alemana, pero junto con el francés Jean-Luc Mélenchon y el griego Yanis Varufakis, ha seguido reivindicando «una renegociación completa» de los tratados europeos que, en su opinión, «han solidificado el neoliberalismo y hacen imposible alcanzar la promesa de igualdad». Su europeísmo no tiene nada que ver con el de Martin Schulz y si una coalición de izquierdas llegase a Berlín sus opiniones tendrían peso.

Lafontaine ha seguido estigmatizado por el SPD como enemigo en un enfrentamiento fratricida hasta que el actual ministro de Exteriores, Sigmar Gabriel, se reunió con él en otoño de 2016. En esa reunión fueron exploradas posibles alianzas para desplazar a Merkel y Gabriel regresó a Berlín con la consigna de la reconciliación.

«Para Schulz es un oponente como el resto, alguna vez han hablado por teléfono», comenta un miembro del SPD, que sugiere que en caso de una coalición de izquierdas «no querría una primera línea, sino un puesto táctico en el grupo parlamentario».

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