Fernández anuncia un Gobierno a su medida con el visto bueno de Cristina Kirchner

El titular de Economía, Martín Guzmán, será el encargado de renegociar la deuda

Alberto Fernández, mientras se reúne con el exgobernador de Buenos Aires y actual diputado, Felipe Solá (derecha), que será el próximo ministro de Exteriores de Argentina EFE

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Se terminó la incertidumbre. El presidente electo, Alberto Fernández , con la ausencia deliberada de Cristina Fernández de Kirchner , dio a conocer a la veintena de ministros que formarán, a partir del martes, un Gabinete de Gobierno de «unidad» al que le esperan cuatro años tan complicados, al menos, como los que le tocaron administrar a Mauricio Macri.

Martín Guzmán, un economista de 37 años discípulo de Joseph Stiglitz, «conoce muy bien el conflicto de la deuda» y «aceptó el desafío» de tener que resolver la de Argentina. Con estas palabras, el presidente electo confirmó el nombramiento del ministro de Economía y Hacienda. La misión de Guzmán, que vivió los últimos ocho años en Estados Unidos, será la más delicada del Gobierno. La idea que baraja es abrir un paréntesis de un par de años de impagos negociados y evitar declarar, una vez más, una cesación de pagos, extremo del que, como Fernández, quiere huir a toda costa. La deuda pública ronda el 100 por ciento del PIB.

El complemento de Guzmán será Matías kulfas en la Cartera de Desarrollo Productivo. Kulfas, tiene un perfil más político aunque tiene experiencia en el Ministerio de Economía, el Banco Nación y el Banco Central (equivalente al Banco de España). Pertenece al círculo más cercano de Alberto Fernández, el conocido como «grupo Callao», en alusión al lugar de sus reuniones. Ambos serán los pesos pesados de la economía pero el puesto de mayor confianza, el que «ejecuta el presupuesto» como insistía hace unos días, a voz en grito, Cristina Fernández ante el Tribunal que la juzga por desvío de fondos y adjudicaciones a dedo de obras públicas (en su mayoría inconclusas), es el del jefe de Gabinete. Esa plaza estuvo siempre reservada para Santiago Cafiero, mi «alter ego» en palabras de Alberto Fernández. Peronista de 40 años, pertenece a una estirpe histórica y se estrena en un Gobierno bajo la sombra alargada de la ex presidenta y de su hijo Máximo Kirchner. Con ambos mantiene una excelente relación.

La Cámpora, la organización que fundó Máximo Kirchner está ampliamente representada en el Congreso y en el Ejecutivo tendrá a una de sus principales espadas en el Ministerio de Interior con «Awadito», como se refirió Fernández a Eduardo, «Wado», de Pedro. Hijo de desaparecidos, con un pasado desdichado, fue secretario general de la Presidencia en el último Gobierno de la viuda de Néstor Kirchner. Arrastra cierto tartamudeo desde la infancia y está considerado un hombre pragmático y conciliador, virtudes necesarias para negociar con los gobernadores.

El ministerio de Seguridad pasará de las manos de Patricia Bullrich, una mujer con decisión y garra, a las de Sabina Frederic quien, antes de tomar posesión del cargo, ya hizo saltar todas las luces de alarma en Israel y en la numerosa colectividad judía de Argentina, al considerar que Hezbollah es, sencillamente, un partido político. El grupo terrorista está señalado como responsable de los atentados a la Embajada de Israel (1992) y a las sedes de las organizaciones AMIA y DAIA en 1994, en Buenos Aires.

El mundo de la justicia es el que más perturba a la clase política y en especial, a Cristina Fernández, contra las cuerdas por la corrupción sistemática de sus dos Gobiernos (2007-2015). Buena parte de la Judicatura está, históricamente, bajo sospecha. Alberto Fernández conoce bien las bambalinas del Poder Judicial y hace unos días le «advirtió» a Macri que esa misma Justicia. una vez que dejé la Presidencia, «lo va a perseguir a él». Marcela Losardo, exsecretaria de Justicia de Néstor Kirchner y amiga de enorme confianza de Fernández (Alberto) será la ministra de un pilar clave para un verdadero Estado de Derecho. Fernández anunció una «revisión seria y definitiva» para que los argentinos «tengamos la justicia que nos merecemos». La designación de Procurador del tesoro a Carlos Zannini, ex mano derecha de la viuda de Néstor Kirchner, vino acompañada de un comentario, “nadie me lo impuso, para que a nadie le quepan dudas”, en alusión a poder real de Cristina Kirchner.

Al frente de otro ministerio emblemático, el de Cultura, estará Tristán Bauer, el cineasta que convirtió el Sistema Nacional de Medios Públicos, en el Gobierno de «Cristina», en el arma de destrucción de opositores y periodistas más cruel de este siglo.

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