La Justicia colombiana investiga a Uribe por la presunta compra de votos para Duque

Ambos aparecen mencionados en unas conversaciones grabadas por la Policía al ganadero José Guillermo Hernández, conocido como «Ñeñe» y presunto testaferro de una organización de narcotraficantes

El expresidente de Colombia Álvaro Uribe EFE

Poly Martínez

Por las redes sociales muere el pez, podría decirse hoy en Colombia, donde más de un escándalo de corrupción y de financiación ilícita de campañas ha salido a la luz por cuenta de fotos y audios que involucran a líderes políticos y empresariales del país.

El más reciente escándalo involucra al hoy senador y expresidente Álvaro Uribe , a quien la Corte Suprema de Justicia le abrió el pasado jueves una investigación preliminar por la supuesta financiación ilícita de la campaña presidencial del entonces candidato Iván Duque.

Este lío tiene todos los ingredientes: un senador en funciones y expresidente (Uribe ), un exsenador y presidente en funciones (Iván Duque), una exreina, María Mónica Urbina, su esposo José «Ñeñe» Hernández Aponte, asesinado el año pasado en Brasil supuestamente para robarle un Rolex –ya antes había sufrido un robo similar en Colombia–, la compra de votos por un valor de mil millones de pesos (unos 310.000 euros de 2018), fotos del «Ñeñe» en la ceremonia de posesión del presidente Duque y un álbum en Instagram que revela si no una profunda amistad, al menos cercanía.

Pero por esas cosas de la vida, la Policía Judicial, que adelantaba otra investigación, dio con los audios en los que el «Ñeñe» hablaba con una mujer sobre la compra de votos en el departamento de la Guajira, al norte del país, a favor de Duque y a menos de dos semanas de la segunda vuelta presidencial, definitiva contra el candidato de izquierda Gustavo Petro.

Pasar dinero

El «Ñeñe» comenta con la mujer la necesidad de pasar dinero por debajo de la mesa y luego ella le dice: «Me mandó Iván y Uribe para Manaure, Uribia, Riohacha y Maicao, tenemos que ganar en La Guajira». El expresidente Uribe entra justamente en ese momento a la escena de lo que parecería ser una serie de Netflix, pero a juicio de la Corte puede no serlo.

El senador Uribe siempre ha dicho que no tuvo ningún papel en el manejo de los dineros de campaña del entonces candidato Duque, su alfil en el partido Centro Democrático, y ha procurado por todos los medios, incluidos los de comunicación, desligarse del escándalo. Pero los audios en WhatsApp revelados la semana pasada informaron al país tras permanecer casi dos años en silencio, dormitando en alguna oficina de la Fiscalía.

La mujer de las conversaciones es María Claudia Daza , mano derecha de Uribe en el Congreso y persona de su total confianza, quien renunció esta semana a su cargo como miembro del equipo asesor del senador. Salió del país, argumentando un tema familiar, pero la Comisión de Acusaciones del Senado y la Corte esperan su regreso.

Los audios han sido una bomba mediática y judicial. El informe policial fue revelado por el periodista Gonzalo Guillén y la demanda penal contra Uribe Vélez interpuesta por el abogado Daniel Emilio Mendoza. El magistrado Misael Rodríguez ya tiene el caso en sus manos y la dura tarea de hacerlo avanzar para que no se quede como una denuncia más de las 270 que ya acumula el senador Uribe Vélez, 28 de ellas ante la misma Corte Suprema de Justicia.

25.000 grabaciones

En el documento se lee una de las 25.000 grabaciones de conversaciones sostenidas por Hernández Aponte, ganadero de oficio, pero reconocido como testaferro del narcotraficante Marquitos Figueroa, aunque por cuenta propia ya tenía abiertas investigaciones por homicidio y enriquecimiento ilícito.

A las conversaciones se suman fotos de Álvaro Uribe con Hernández Aponte, a pesar de que dijo que no lo conocía y de haber enviado un mensaje de pésame tras su asesinato. Pero, además, los audios y fotos han revelado reuniones con ministros del Gobierno Duque y traslados en aviones de las FFMM colombianas. Las redes sociales no han dejado de ofrecer material para la investigación.

Por su parte, el presidente Duque, también en fotos con el «Ñeñe», afirmó que conoce a la familia Hernández desde niño, por amistad entre sus padres, pero que «nunca le pedí al señor Hernández ningún recurso para mi campaña y nunca supe de investigaciones contra él».

Ya el proceso está en la Corte y va en camino al Consejo Electoral, entre otras instancias. Es lo que corresponde, de manera preliminar. Como se dice popularmente, en Colombia a nadie se le niega una demanda. Pero tampoco a nadie se le niega una foto, agregan otros.

Con esos dos argumentos superficiales se han defendido famosos políticos cuando se ven involucrados en líos derivados de escándalos por narcotráfico, financiación ilícita de campañas y otros delitos asociados. Pero ahora todos están callados esperando a que los audios y las redes sociales hablen de nuevo.

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