La jueza ordena la libertad del expresidente colombiano Álvaro Uribe

Permanecía en detención domiciliaria desde el 4 de agosto por un caso de presunto fraude procesal y soborno a testigos

Álvaro Uribe, el pasado octubre cuando acudió a testificar ante un tribunal en Bogotá Reuters

Poly Martínez

Con un «¡Gracias a Dios!», pasadas las diez de la mañana, el exsenador Álvaro Uribe Vélez recibió la determinación de la juez 30 de garantías, en la que, tras casi una hora de leer su larga y sustentada sentencia, determinó la libertad del también expresidente. Precisamente, en un momento de la lectura, aún lejos de acabar, la jueza sentenció: «Sin imputación no puede existir medida» de detención, con lo cual los presentes y seguidores de la sesión entendieron que aprobaba su libertad y las tesis de los abogados del exmandatario.

El pasado 3 de agosto Uribe Vélez fue notificado por la sala de instrucción de la Corte Suprema de Justicia de Colombia de la medida de detención domiciliaria , que hasta este sábado cumplió en su hacienda de El Ubérrimo, argumentando su capacidad de interferir en el caso que dicha corte le seguía desde 2018 por fraude y manipulación de testigos.

Realmente el milagro habría sido que la jueza hubiera mantenido dicha medida. Gracias a la estrategia de los abogados de Uribe Vélez, en la cual el expresidente renunció a su escaño como senador para sacar el proceso de las manos de la Corte Suprema , a la que le correspondía dada su condición de aforado, su caso pasó a la Fiscalía , donde ya como un ciudadano común tendría no solo nuevas maneras de defenderse, sino lo más importante: la oportunidad de empezar todo casi de ceros al cambio de régimen procesal. La estrategia rindió su primer fruto.

Precisamente es sobre la diferencia de procesos que la jueza definió su dictamen. Al dejar atrás el viejo esquema de la Ley 600 –bajo el cual la Corte recabó las pruebas y estructuró el caso– y quedar cobijado ahora por la Ley 906, sistema acusatorio, hay un cambio de tercio en la faena judicial más compleja y con altas dosis de politización que ha visto Colombia en lo que va corrido del siglo.

Lo que sigue de inmediato, la apelación de la contraparte, liderada por los abogados del senador Iván Cepeda y la plena libertad de movimiento del exsenador Uribe Vélez, a quien nunca se le restringió argumentar o comentar sobre los sucesos nacionales o cuestionar las decisiones judiciales frente a otros hechos que también son noticia en el país.

A corto plazo, lo clave está en que la Fiscalía, por medio del fiscal encargado del caso, Gabriel Jaimes –quien recibió un fuerte cuestionamiento por parte de la juez–, que desestimó que hubiera cuestionado las medidas de la Corte, dado que no es de su competencia, es que la Fiscalía acoja el material probatorio y avance a partir de lo hecho por la Corte. Ya se anuncia como muy polémico el siguiente capítulo, donde unos buscarán que se mantengan las pruebas y otros, rogándole a Dios, que sean excluidas y empiece todo de nuevo.

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