El juez del caso Pablo Ibar aparta a un jurado y mantiene el veredicto

Todo sigue igual tras el interrogatorio del juez a un jurado suplente del que la defensa sospechó que sabía demasiado. El juez no quiso interrogar al jurado retractado.

Pablo Ibar EFE

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El juez del caso Pablo Ibar no dio opción ayer a que las últimas sacudidas vividas entre los miembros del jurado hicieran peligrar el juicio y el veredicto de culpabilidad contra el español, alcanzado por unanimidad el pasado sábado.

La defensa había pedido en la víspera que se interrogara a dos jurados: uno que se retractó poco después del anuncio del veredicto y otro que era suplente y que, según los abogados de Ibar, había tenido acceso a información prohibida para el jurado. La fiscalía se oponía a ambos interrogatorios y su representante ayer, Scott Raft, presentó abundante jurisprudencia para impedirlo.

Tras un intenso intercambio con Joe Nascimiento, uno de los abogados de la defensa, el juez Dennis Bailey accedió al interrogatorio al segundo jurado y desechó el del jurado retractado. La decisión fue recibida con un gesto de impotencia e incredulidad por parte de Ibar, que estaba presente en la vista y negó levemente con la cabeza al escucharlo.

Fue el propio juez quien realizó el interrogatorio al jurado suplente. No permitió preguntas de la defensa y despachó el asunto apartando a este suplente del jurado, sin abrir ninguna posibilidad de que se discutiera la anulación del juicio.

Información indebida

El jurado retractado llamó al juzgado para arrepentirse en cuanto tuvo oportunidad. El veredicto llegó un sábado, los juzgados estaban cerrados domingo y lunes (por la festividad del día de Martin Luther King Jr.) y llamó por teléfono a las 8.35 del martes para anunciar su decisión. «Me arrepiento del veredicto. Simplemente quería que lo supierais, no sé si ya sirve de algo o no», fue el mensaje que dejó al juzgado, según se supo ayer.

Es habitual que se produzcan estos arrepentimientos en veredictos que llevan a pena de muerte o cadena perpetua, como es el caso de Ibar. Los precedentes judiciales son consistentes para no tener en cuenta un simple cambio de opinión. «¿Hay algo más que arrepentimiento?», cuestionó de forma retórica .ej juez Bailey, que descartó interrogarlo

El caso del otro jurado abría más dudas. Entre los dieciséis integrantes del jurado en la recta final del juicio había cuatro suplentes. Ninguno de los jurados sabía quién era suplente hasta el momento de la deliberación, cuando el juez los nombró con su apellido, les informó que no formarían parte del veredicto y les recordó que, sin embargo, seguían dentro del jurado y no podían buscar información sobre el caso ni discutirlo con nadie.

Uno de los suplentes, un hombre de apellido Black, es empleado del mismo juzgado donde se juzga a Ibar. Al día siguiente del comienzo de las deliberaciones, escuchó una conversación entre un juez y una abogada sobre el caso de Ibar. En el escrito de la defensa, se aseguraba que la conversación trató sobre la vida procesal de Ibar y anteriores condenas, algo que el jurado no debe conocer, según las estipulaciones del juicio.

Black les informó de que era un jurado suplente y que no debía escuchar ese tipo de información. Cuando le pidieron disculpas por ello, Black respondió que no importaba y que no era «nada que no hubiera escuchado antes», lo que apuntaba a que, durante el juicio, podría haber tenido información en su poder que no debía.

En su interrogatorio, el juez preguntó a Black si en esa conversación, en efecto, escuchó algo sobre anteriores juicios a Ibar. «No lo recuerdo», fue su respuesta, que tumbaba el argumento de la defensa. Tras dejar marchar al jurado suplente, la defensa pidió al juez que le preguntara sobre si escuchó específicamente algo sobre condenas, como había defendido en su escrito. El juez no accedió y tomó la decisión de apartar a Black del jurado.

La consecuencia es que todo sigue igual: el veredicto se mantuvo en pie y la posibilidad de que se pidiera la anulación del juicio se esfumó, para disgusto de la familia de Ibar. El jurado se volverá a reunir a partir del 25 de febrero para discutir la sentencia a Ibar. Deberán elegir entre pena de muerte y cadena perpetua, y deberán llegar a una decisión por unanimidad.

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